Tesla vuelve a mover ficha con el Model S Plaid, su berlina eléctrica más extrema, que acaba de dejarse ver sin camuflaje con varias novedades estéticas y funcionales. Las fotos espía muestran un lavado de cara discreto pero relevante para el modelo, que no recibía una actualización visual desde el rediseño de 2021. En un mercado donde los eléctricos de altas prestaciones como el Porsche Taycan o el Lucid Air presionan fuerte, este restyling busca mantener el interés por el sedán más veterano de la gama.
El cambio más evidente está en los paragolpes, tanto delantero como trasero. El frontal incorpora ahora una cámara integrada —algo cada vez más habitual en sistemas de aparcamiento 360º y de conducción autónoma— y un splitter más marcado que le da un aire más deportivo. En la zaga, el nuevo difusor trasero destaca por su tamaño, confirmando que Tesla quiere reforzar la estética racing del Plaid, que ya es capaz de superar los 320 km/h con el Track Pack.
Las llantas de 21 pulgadas también estrenan diseño, en línea con la estética afilada del resto de cambios. A nivel aerodinámico, la marca no ha hecho declaraciones, pero es probable que se haya buscado un mejor equilibrio entre agarre y eficiencia. Aunque Tesla ha prometido mejorar la autonomía en futuras actualizaciones, el Model S Plaid sigue anclado en cifras oficiales cercanas a los 600 km bajo ciclo WLTP.
Otro detalle que apunta al confort es la incorporación de una tira de iluminación ambiental en el interior. Es un cambio menor en apariencia, pero refleja una tendencia clara en el segmento premium, donde los fabricantes como BMW, Mercedes o Audi llevan tiempo apostando por un habitáculo más sensorial y personalizable.
Lo que no ha trascendido aún es si esta actualización vendrá acompañada de cambios técnicos o mejoras en software. Tesla ha acostumbrado a sus usuarios a introducir mejoras sin previo aviso a través de actualizaciones OTA, pero en este caso el rediseño físico apunta a un próximo anuncio oficial. Tampoco está claro si estas novedades afectarán al Model S Long Range, aunque sería lógico que la estética se unifique.
Actualmente, las matriculaciones del Model S en Europa son testimoniales. En abril, apenas se registraron 70 unidades según datos de JATO Dynamics, muy por detrás del Taycan (más de 600 unidades) o el BMW i5 (superando las 1.000). Su precio en España parte de los 109.990 euros para la versión Plaid, un posicionamiento que lo deja fuera del alcance del gran público y muy por encima de modelos como el Hyundai Ioniq 6 o el nuevo Peugeot e-3008, ambos con buenas cifras de preventa.
El facelift llega en un momento delicado para Tesla. Aunque sigue siendo líder global en eléctricos, el fabricante ha perdido cuota frente a BYD y otros competidores chinos en mercados como el asiático y el latinoamericano. Además, los recortes de plantilla y la reciente cancelación del Model 2 han generado dudas entre inversores y clientes sobre el futuro de la marca en el segmento más accesible.