Starlink ya no es una promesa futurista, sino una opción real para quienes viven en zonas donde la fibra óptica o el 5G ni están ni se les espera. El servicio de Internet por satélite de SpaceX —la empresa aeroespacial de Elon Musk— lleva meses en funcionamiento en España y ha ido afinando su propuesta tanto a nivel técnico como económico. Su punto fuerte: ofrecer conectividad donde nadie más llega.
La premisa es sencilla. Starlink se basa en una constelación de miles de satélites en órbita baja (LEO) que, a diferencia de los tradicionales satélites geoestacionarios, ofrecen menor latencia y mejor velocidad de transmisión. Según datos publicados por la propia compañía durante su fase beta, las velocidades oscilan entre los 50 y 150 Mbps, con latencias que pueden ir de 20 a 40 ms. No es fibra, pero para una casa rural sin alternativa, puede ser más que suficiente.
El kit de usuario que se instala en casa —conocido popularmente como “Dishy McFlatface”— incluye una antena motorizada que se orienta automáticamente hacia el cielo para buscar los satélites más cercanos, un router WiFi y los cables necesarios. Eso sí, la antena debe tener visión directa del cielo, sin árboles, edificios o chimeneas que puedan interrumpir la señal. Una vez montado, el sistema se conecta a la red de satélites y empieza a funcionar como cualquier conexión doméstica, aunque de momento sin posibilidad de uso directo desde un smartphone.
La instalación no es portátil en el plan básico, ya que cada terminal está geolocalizado para una zona específica. Aun así, Starlink ha diversificado su oferta con modalidades itinerantes pensadas para quienes necesitan conexión en movimiento, como caravanas o embarcaciones.
El servicio residencial tiene actualmente dos opciones: una mensualidad de 40 euros con conexión ilimitada y otra más económica de 29 euros con menos prioridad en la red. El plan “itinerante” parte de 59 euros mensuales y también requiere el mismo equipo. Para los que navegan —literalmente— existe un plan marítimo que cuesta desde 289 euros al mes por 50 GB, hasta 1.158 euros por 1 TB, con un terminal específico que roza los 2.900 euros.
Para saber si puedes contratarlo en tu ubicación, basta con ir a la web oficial de Starlink e introducir tu dirección o el código Plus de Google Maps si se trata de una zona sin calle específica. Una vez validados los datos, la web ofrece el presupuesto exacto: costes del equipo, tarifa mensual y disponibilidad.
Aunque Starlink no compite con la fibra en latencia ni en precio por GB, sí se presenta como una alternativa seria en el contexto actual, donde la brecha digital sigue siendo un problema real en muchas zonas de España. Según los últimos datos del INE, más de un 5% de los hogares sigue sin acceso fijo a Internet. Para este público, la antena de Musk puede ser más una necesidad que una curiosidad.