Cuando conectas un coche eléctrico con arquitectura de 400V a un cargador diseñado para 800V, no pasa nada fuera de lo normal. El vehículo no se daña, no se sobrecalienta, ni aprovecha la potencia máxima prometida en el cartel del cargador. Y aquí está la clave: aunque el punto de carga sea de 800V y hasta 350 kW, el coche va a limitar automáticamente tanto la tensión como la potencia según lo que soporte su sistema.
¿Cómo funciona realmente?
Los cargadores ultrarrápidos de 800V, como los de IONITY o los de algunas estaciones de Repsol y Endesa X Way, no están pensados exclusivamente para coches de 800V. Son cargadores de alta potencia capaces de adaptarse. Si conectas, por ejemplo, un Tesla Model 3 (sistema de 400V), el propio vehículo negocia con el cargador una potencia compatible con su sistema, generalmente entre 100 y 170 kW como máximo (según versión, temperatura de batería y nivel de carga).
En otras palabras: el cargador baja el voltaje y ajusta el amperaje para que el coche lo acepte. Pero eso significa que, aunque el cargador esté etiquetado como “350 kW”, probablemente no pasarás de los 130-150 kW en el mejor de los casos. La velocidad final dependerá más del coche que del poste.
Límites reales que hay que tener en cuenta
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Arquitectura eléctrica del coche: aunque el cargador pueda dar 800V, el vehículo no puede recibir más de los 400V para los que está diseñado.
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Potencia máxima de carga del coche: muchos modelos populares (como Renault Megane E-Tech, Peugeot e-208 o el MG4) tienen potencias de carga DC limitadas a 100-130 kW, incluso en condiciones ideales.
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Curva de carga: la velocidad máxima solo se alcanza durante unos minutos. A medida que la batería se llena, la potencia baja para protegerla. Es común que a partir del 60% ya no se aproveche ni la mitad de lo que permite el sistema.
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Batería fría o muy caliente: si la batería no está a la temperatura ideal (alrededor de 25-30 °C), el coche limitará la potencia para evitar degradación.
¿Merece la pena entonces usar un cargador de 800V?
Sí, pero con matices. Si estás en ruta y el cargador de 800V es el único disponible o el más fiable, úsalo sin problema: tu coche cargará igual que en uno de 400V, quizá incluso más rápido si el resto de condiciones son favorables. Lo que no verás es una velocidad récord ni aprovecharás los 350 kW.
Un buen ejemplo es el caso del Volkswagen ID.4: aunque su batería está en 400V, puede cargar a unos 135 kW en los primeros minutos en un cargador ultrarrápido, siempre que la batería esté al 20-30% y caliente. Esto permite recuperar unos 200 km en unos 20 minutos. En un cargador de 50 kW, esa misma carga llevaría casi una hora.
En resumen, un cargador de 800V es retrocompatible con coches de 400V, pero no acelera mágicamente la carga. La limitación está en el propio coche.