Tesla vuelve al centro del debate sobre seguridad y marketing en la conducción asistida. Euro NCAP ha evaluado su sistema Autopilot en el Model S y el resultado no ha sido favorable. Lo ha calificado como “Moderado”, empatando con el sistema Pilot Assist del Volvo EX30, y muy por debajo de lo que se espera de una marca que ha presumido de ir por delante en tecnología.
La crítica principal recae en el propio nombre: “Autopilot”. Según el organismo europeo, induce a pensar en una automatización completa, cuando en realidad se trata de un sistema de asistencia de nivel 2 que requiere atención constante por parte del conductor. Esta contradicción entre el nombre comercial y las instrucciones de uso puede generar una falsa sensación de seguridad.
En las pruebas, el Autopilot destaca por su respaldo de seguridad, con buena capacidad para responder ante emergencias. Sin embargo, suspende en lo que Euro NCAP llama “Competencia de Asistencia”, es decir, la forma en que el sistema coopera con el conductor. El Autopilot tiende a resistirse a las intervenciones humanas y se desactiva con relativa facilidad, lo que dificulta una conducción verdaderamente cooperativa.
Otro punto débil está en la monitorización del conductor. Aunque el vehículo cuenta con una cámara interior, esta no se utiliza para controlar si el conductor está prestando atención. El sistema depende únicamente de la presión sobre el volante, un método ya considerado obsoleto frente a los sistemas que usan reconocimiento facial o seguimiento ocular.
Mientras tanto, otros fabricantes están avanzando con propuestas más equilibradas. Kia, Porsche, Renault o Toyota han conseguido valoraciones de “Muy bueno” en esta misma ronda de pruebas, gracias a sistemas que combinan asistencia eficaz con un control adecuado del conductor.
El Model S, que lleva en producción desde 2012, sigue siendo una referencia tecnológica en algunos aspectos, pero empieza a acusar el paso del tiempo en otros. La competencia se ha puesto al día no solo en autonomía y diseño, sino también en software de asistencia. Tesla aún puede actualizar su sistema vía OTA, pero el problema aquí no es solo técnico, sino también de expectativas creadas.
En paralelo, el mercado eléctrico en Europa y España sigue creciendo, aunque las ventas de Tesla han mostrado una clara desaceleración frente al empuje de nuevas marcas asiáticas. La promesa de autonomía y vanguardia ya no basta: ahora también se exige transparencia y equilibrio entre lo que se vende y lo que realmente se ofrece.