No es ciencia ficción, un Tesla se entrega solo desde fábrica

Tesla acaba de lograr algo que parecía ciencia ficción hace unos años: un Model Y se ha entregado solo, sin conductor ni intervención remota, desde la Gigafactory de Austin hasta la vivienda de su nuevo propietario. El vehículo recorrió en torno a media hora de trayecto, cruzando zonas logísticas, autopistas y calles urbanas, sin que nadie estuviera al volante ni supervisándolo desde un centro de control.

El coche iba equipado con la última versión del software Full Self‑Driving (FSD), los chips de IA diseñados por la propia marca y el sistema de visión basado exclusivamente en cámaras. Durante el trayecto, llegó a circular a 116 km/h. Según Tesla, no hubo intervención humana en ningún momento del recorrido. Es un paso más allá incluso de su servicio de robotaxis, donde hasta ahora siempre iba un empleado en el asiento delantero por motivos legales.

Hasta ahora, otras compañías habían probado vehículos sin conductor en zonas delimitadas y bajo supervisión técnica, pero esta es la primera vez que un coche nuevo sale directamente de fábrica y llega solo hasta el cliente. No es una prueba en circuito cerrado, sino una entrega real en entorno urbano.

Aunque en España este tipo de entregas aún no es legal —la normativa exige presencia o supervisión humana—, el concepto puede tener consecuencias interesantes para el sector. Por ejemplo, eliminar el transporte en camión desde fábrica hasta concesionario, o evitar la necesidad de personal de entrega, podría reducir costes logísticos. Eso, a medio plazo, podría traducirse en precios finales más competitivos o márgenes más altos para el fabricante.

Los eléctricos siguen ganando cuota de mercado en Europa. En España, las matriculaciones de eléctricos ya superan el 15 % del total, en parte gracias a los planes de incentivos y al aumento de oferta. Aunque el precio de la electricidad continúa alto —unos 0,30 €/kWh de media—, los eléctricos con buena autonomía y menor coste operativo siguen resultando atractivos para ciertos perfiles.

La entrega autónoma también cambia la experiencia de compra: sin esperar al transportista ni acudir al concesionario, el coche llega directamente al garaje. Una comodidad que podría ser diferencial cuando los marcos regulatorios lo permitan. Por ahora, es un experimento limitado a Texas, pero marca un rumbo claro: menos humanos en la cadena logística, más software al volante.

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