Xiaomi ha chocado de frente con su primer gran bache en la carrera por hacerse un hueco en la automoción. Tras meses de entusiasmo por el lanzamiento del SU7 y su versión Ultra —un eléctrico que llegó a compararse con el Porsche Taycan Turbo S, pero por menos de la mitad de precio—, la firma china se enfrenta ahora a una crisis de reputación que combina fallos técnicos, accidentes graves y una oleada de críticas en redes sociales.
Todo empezó con lo que parecían detalles menores: piezas mal ajustadas, deformaciones por calor y quejas sobre acabados. Pero el incendio de un SU7 con tres víctimas mortales, mientras aparentemente llevaba el sistema de conducción asistida activado, marcó un punto de inflexión. A pesar de que este tipo de sucesos no es inédito en marcas que trabajan con conducción semiautónoma, la presión mediática en China ha sido inmediata. El gobierno abrió una investigación oficial, y la propia Xiaomi optó por desactivar parte del potencial del SU7 Ultra con una actualización que reducía su potencia en más de 600 CV. Solo tras una ola de quejas, la compañía revirtió esta medida.
Poco después, se sumó una cascada de demandas por un elemento clave del coche: su capó delantero. Comercializado como una pieza de alto rendimiento valorada en más de 5.000 dólares, supuestamente servía para evacuar calor de forma eficaz. Según denuncian más de 400 propietarios, esto no se cumple. Xiaomi propuso compensaciones en forma de créditos para su tienda o la sustitución por un capó convencional, pero muchos usuarios exigen el reembolso completo del coche, amparándose en la ley china de desistimiento de compra en un plazo de 60 días.
Los reguladores de Pekín han dado la razón a Xiaomi en una primera resolución, descartando que haya existido publicidad engañosa. Aun así, una demanda colectiva respaldada por al menos 70 afectados sigue adelante. Entre tanto, la empresa ha paralizado las entregas del SU7 Ultra y ha pedido a los clientes con reservas que confirmen su interés, advirtiendo que los plazos de entrega ya no serán los prometidos inicialmente.
Mientras se multiplicaban los vídeos y fotos en redes mostrando capós abombados y acabados deficientes, Xiaomi ha respondido anunciando reparaciones gratuitas y defendiendo que los SU7 Ultra montan piezas de mayor calidad que no estarían afectadas. También ha recomendado a sus clientes evitar refugiarse bajo árboles en tormentas fuertes y ha habilitado un canal específico para reclamaciones por condiciones climáticas extremas.
El ruido llega justo en la antesala del lanzamiento del Xiaomi YU7, un SUV eléctrico que se presentará el 22 de mayo. En este clima enrarecido, la compañía ha acusado a cuentas organizadas —al menos 10.000, según sus investigaciones— de lanzar una campaña difamatoria en redes sociales mediante bots. Lei Jun, CEO de la marca, ha denunciado públicamente lo que considera un intento deliberado de dañar la imagen de Xiaomi justo antes de uno de sus lanzamientos clave. “Internet no es un espacio sin ley”, publicó en un mensaje en el que prometía acciones legales contra los difamadores.