Lo sorprendentemente baratos con son las piezas de Tesla en un desguace

Es una frase que se repite como mantra entre aficionados y propietarios del automóvil prémium: “lo caro no es comprarlo, es mantenerlo”. Y en el contexto del coche eléctrico, donde la novedad tecnológica y los sistemas electrónicos se multiplican, muchos daban por hecho que este axioma se amplificaría. Pero una unidad del Tesla Model 3 desguazada en España está desmontando, pieza a pieza, esa idea.

El vehículo en cuestión es un Tesla Model 3 blanco, matriculado en 2024, que ha llegado a las instalaciones de Motocoche, un desguace ubicado en la A-92G de Granada. Con apenas 21.904 km y sin daños aparentes —más allá de una fisura en el parabrisas—, este coche ha sido desmontado para estudiar los precios reales de sus componentes y compararlos con los de un modelo térmico de referencia: el Volkswagen Golf.

Lejos de confirmar que Tesla vende caro hasta el último tornillo, los datos recopilados por el desguace muestran justo lo contrario. Algunos ejemplos llaman poderosamente la atención. Un faro del Model 3, nuevo, cuesta 432 € en la propia marca. El equivalente del Golf se va hasta los 1.080 €. Una llanta original de Tesla: 353 €; en el compacto alemán, 1.075 €. El servofreno electrónico: 639 € frente a los 1.438 € en Volkswagen. El airbag del volante, 247 € frente a 1.035 €, y el propio volante completo, 583 €, por debajo de los 920 € del Golf.

Y hay cifras que rozan lo anecdótico: el apoyabrazos delantero del Tesla cuesta apenas 27 €, mientras que el del Golf alcanza los 392 €. Esta última comparación ha sido especialmente comentada por los responsables del desguace, que recalcan que muchos de estos precios provienen de la red oficial y no del mercado paralelo o reacondicionado.

Este hallazgo va en contra de la percepción general de que Tesla —y por extensión, los eléctricos prémium— disparan los costes de propiedad. A menudo se asume que las reparaciones o sustituciones serán más caras, especialmente en coches cargados de tecnología. Pero en este caso, los costes de los componentes parecen mucho más razonables de lo esperado.

A esto hay que sumar que los eléctricos como el Model 3 eliminan algunas piezas tradicionales de desgaste habitual, como embragues, filtros de aceite o correas de distribución. Además, su mecánica más simple reduce las visitas al taller y los intervalos de mantenimiento. En conjunto, todo esto pone en duda que poseer un Tesla implique necesariamente un gasto mayor a largo plazo.

Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles (Anfac), Tesla matriculó 7.497 vehículos en España en el primer trimestre de 2025, lo que la mantiene como la marca de eléctricos más vendida. Este tipo de informaciones no hará sino reforzar su posición entre quienes buscan un eléctrico fiable, pero también razonable en costes.

Con la reciente bajada en el precio de la electricidad doméstica —el kilovatio hora se sitúa en torno a los 0,11 € en horarios valle— y la retirada parcial del Plan MOVES III, decisiones como esta se toman ahora con más atención al detalle. Y conocer lo que cuesta un faro, un volante o incluso un apoyabrazos puede inclinar la balanza.

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