Ver un cartel que dice «hasta 350 kW» o «sistema de 800V» en una electrolinera puede resultar prometedor. Pero si tu coche no es un Porsche Taycan, un Hyundai Ioniq 5 o un Kia EV6, lo más probable es que no llegues ni a una fracción de esa potencia. Aun así, sí puedes usar un cargador de 800V con cualquier coche eléctrico actual, aunque con limitaciones muy concretas.
Compatibilidad: ningún problema
Los cargadores públicos ultrarrápidos con arquitectura de 800V son compatibles con vehículos que cargan a 400V. Esto es posible porque el estándar CCS Combo, que es el que usan prácticamente todos los eléctricos modernos en Europa (salvo excepciones como algunos Nissan), permite adaptar la tensión y la intensidad según las necesidades del coche.
Es decir, si conectas un Renault Megane E-Tech, un Tesla Model 3 o un Volkswagen ID.4 a un poste de 800V/350 kW, el sistema negociará automáticamente los parámetros y ajustará la entrega a lo que el coche pueda aceptar. No hay riesgo de sobrecarga ni de dañar la batería.
¿Entonces por qué no cargo más rápido?
Porque la limitación está en el coche. Los modelos con arquitectura de 400V no pueden aprovechar la mayor tensión del cargador. La mayoría se queda por debajo de los 130 kW incluso en condiciones óptimas. Algunos ejemplos reales:
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Tesla Model Y RWD: máximo 170 kW
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Cupra Born 58 kWh: hasta 120 kW
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Renault Megane E-Tech: entre 130 y 135 kW
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MG4 Standard: 117 kW
En estos casos, da igual que el poste tenga capacidad para 800V y 350 kW. La potencia efectiva se queda en lo que permita el vehículo, y además solo durante los primeros minutos si la batería está por debajo del 30 o 40%.
¿Tiene alguna ventaja usar un cargador de 800V con un coche de 400V?
Sí, y no menor: fiabilidad. Estos cargadores suelen estar en estaciones mejor mantenidas, tienen conectores refrigerados, mangueras en mejor estado y protocolos más modernos. Además, si hay otros coches cargando, las estaciones de 800V suelen gestionar mejor la potencia compartida, por lo que puedes obtener más rendimiento que en un poste convencional de 100 o 150 kW.
En estaciones como las de IONITY o algunas de Repsol, Iberdrola y Cepsa, también se pueden encontrar cargadores que permiten preacondicionamiento o Plug & Charge, aunque esto solo lo aprovechan ciertos modelos de gama media-alta.
¿Y qué pasa con la factura?
Los cargadores ultrarrápidos, sean de 800V o no, suelen ser más caros. En 2025, los precios por kWh en estaciones de más de 150 kW oscilan entre los 0,59 y los 0,79 €/kWh, dependiendo del operador. En cambio, los cargadores de 50-100 kW rondan los 0,39 a 0,50 €/kWh. Eso hace que un coche que no aprovecha toda la potencia del poste esté pagando un sobreprecio por algo que no va a usar.
La decisión, entonces, no es tanto técnica como económica: puedes cargar, pero pagarás más por una velocidad que no alcanzarás.