Quien conduce un coche eléctrico en España ya sabe que hay una lotería que no aparece en ningún mapa: que el cargador que has planeado usar funcione de verdad. Aunque la red de puntos públicos se ha multiplicado en los últimos tres años, el número de estaciones fuera de servicio o con problemas técnicos sigue siendo llamativamente alto. Y no se trata solo de cargadores pequeños en pueblos remotos. Incluso en corredores clave, es habitual encontrar postes desconectados, con pantallas congeladas, lectores de tarjetas que no responden o simplemente bloqueados por software.
Según el último barómetro de electromovilidad de ANFAC (marzo 2024), el 23% de los puntos de recarga públicos en España no están operativos, una cifra que ha mejorado respecto a 2022 pero que sigue por encima de la media europea. En países como Francia o Países Bajos, el ratio de funcionamiento supera el 90%, mientras que aquí ronda el 77%. Es un dato preocupante cuando el parque de vehículos eléctricos crece a ritmos superiores al 60% interanual (DGT, abril 2024).
Las causas del problema son varias y no siempre visibles para el usuario. La más habitual es la falta de mantenimiento: muchas empresas instalaron cargadores gracias a subvenciones del plan MOVES, pero no han previsto ni contratos de servicio técnico, ni piezas de repuesto, ni personal en cada zona. Algunas instalaciones llevan meses sin actividad simplemente porque nadie se ha hecho cargo de un fallo en el router de comunicaciones o una avería en el sistema de pago.
Otra razón frecuente es la burocracia. Muchos puntos están instalados físicamente pero no operativos por no tener aún acometida eléctrica, o porque falta una validación de Industria. Esto ocurre especialmente en puntos nuevos desplegados por grandes operadores como Endesa X, Naturgy o Repsol. A esto se suma la diversidad de plataformas y apps, que provoca situaciones absurdas: un mismo punto puede estar «activo» en una app y «fuera de servicio» en otra, generando aún más confusión.
Y luego está el problema del roaming. Aunque plataformas como Electromaps, Chargemap o Plugsurfing han intentado unificar el acceso, la realidad es que muchos puntos solo se activan con la tarjeta o app del operador original. Esto deja fuera a usuarios ocasionales, turistas o quienes simplemente no quieren instalar seis apps distintas para moverse por el país.
Zunder, Tesla, Iberdrola y Wenea son, de momento, las redes más fiables en cuanto a disponibilidad. Todas superan el 95% de operatividad según sus propios datos, y actualizan en tiempo real el estado de sus cargadores en sus respectivas apps. En el otro extremo, siguen fallando muchos puntos de ayuntamientos, concesionarios o centros comerciales, donde la instalación fue gratuita y no hay nadie haciendo seguimiento.