¿Por qué no llega la conducción autónoma de Tesla a Europa?

La conducción autónoma de Tesla, conocida como Full Self-Driving (FSD) se ha aprobado esta semana en China y ya son muchos los países que la disfrutan mientras que en Europa los avances parecen estancados. ¿Qué impide que esta tecnología llegue al Viejo Continente? La respuesta radica en una combinación de factores técnicos, regulatorios y culturales que hacen que el despliegue del FSD sea más complejo de lo que muchos imaginan.

Regulaciones estrictas de la UNECE
El principal obstáculo para la llegada del FSD a Europa es el marco regulatorio establecido por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UNECE), organismo que dicta las normativas de seguridad vial aplicables en la Unión Europea y otros países asociados. A diferencia de Estados Unidos, donde las regulaciones son más flexibles y varían según el estado, Europa exige estándares uniformes y extremadamente rigurosos para cualquier sistema que implique autonomía en la conducción.

Actualmente, la UNECE permite sistemas de asistencia al conductor avanzados (como los de nivel 2 según la clasificación SAE), pero el FSD de Tesla, que aspira a niveles superiores de autonomía (aunque sigue siendo supervisado), requiere una certificación más compleja. La regulación actual, conocida como «Driver Control Assistance Systems» (DCAS), está en fase 1, lo que limita las maniobras iniciadas por el sistema y exige intervención humana constante. Para que el FSD funcione como está diseñado, sería necesario avanzar a la fase 2 de estas normativas, que permita maniobras autónomas sin confirmación del conductor. Este proceso regulatorio es lento y está sujeto a revisiones exhaustivas para garantizar la seguridad en carretera.

Diferencias en las infraestructuras y entornos de conducción
Otro factor clave es la diversidad y complejidad de los entornos de conducción en Europa. Mientras que en Estados Unidos las carreteras tienden a ser más anchas, rectas y uniformes, Europa presenta calles estrechas, rotondas, señalización variada y una mayor densidad de peatones y ciclistas, especialmente en áreas urbanas. Esto plantea un desafío técnico para el sistema de visión de Tesla, basado exclusivamente en cámaras y redes neuronales, que debe adaptarse a estas condiciones únicas para operar de manera segura y eficiente.

Además, las diferencias en las leyes de tráfico entre países europeos añaden otra capa de dificultad. Por ejemplo, las prioridades en las intersecciones, los límites de velocidad y las normas de cortesía varían de un lugar a otro, lo que exige que el software de Tesla sea altamente personalizable y adaptable, un proceso que lleva tiempo y pruebas exhaustivas.

Enfoque de Tesla y prioridades comerciales

Tesla ha priorizado el desarrollo y lanzamiento del FSD en mercados donde las regulaciones son más permisivas, como Estados Unidos, y donde tiene una base de clientes significativa, como China. En Europa, aunque hay un mercado importante, la compañía enfrenta una competencia más feroz de fabricantes locales como Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz, que también están desarrollando sus propios sistemas de asistencia avanzada. Esto podría influir en que Tesla haya optado por enfocar sus recursos en otros territorios antes de abordar las complejidades del mercado europeo.

Por otro lado, la estrategia de Tesla de usar datos de conducción reales para entrenar sus redes neuronales depende de una gran cantidad de usuarios utilizando el sistema. Sin la aprobación inicial en Europa, esta retroalimentación se ve limitada, lo que podría retrasar aún más la optimización del FSD para las condiciones locales.

¿Cuándo se estima que llegue a Europa?

Tesla ha sido optimista respecto a la llegada del FSD a Europa. En septiembre de 2024, la compañía anunció que planeaba lanzar el sistema en el primer trimestre de 2025, «pendiente de aprobación regulatoria». Elon Musk, CEO de Tesla, había sugerido previamente que esperaba obtener la autorización en Europa y China antes de finales de 2024, algo que no se cumplió pero muestra la urgencia de la compañía por que suceda.

Según algunos analistas, si la UNECE finaliza esta legislación en 2025, Tesla podría implementar una versión supervisada del FSD en Europa a finales de ese año o principios de 2026, siempre y cuando cumpla con los requisitos de seguridad y pase las pruebas necesarias. Países como Alemania, que han liderado la regulación de sistemas de nivel 3 y 4, podrían ser los primeros en ver esta tecnología en sus carreteras.

Sin embargo, hay que tomar estas estimaciones con cautela. Tesla ha incumplido plazos similares en el pasado, y la naturaleza impredecible de las aprobaciones regulatorias podría retrasar aún más el cronograma. Además, cualquier incidente de seguridad relacionado con el FSD en otros mercados podría aumentar el escrutinio en Europa, ralentizando el proceso.

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