La NHTSA podría frenar los planes de Musk: investiga 2.4 millones de Teslas por fallos en su conducción autónoma

La confiabilidad del sistema de «conducción autónoma total supervisada» de Tesla está bajo intenso análisis en Estados Unidos. La Administración Nacional de Seguridad del Transporte en las Carreteras (NHTSA) ha iniciado una investigación sobre este software, examinando su papel en cuatro accidentes recientes. Este análisis llega en un momento crítico para Tesla, cuya apuesta por las tecnologías de movilidad avanzada es clave en su estrategia de negocio a futuro, pero también plantea serios riesgos para el modelo de crecimiento de la compañía.

El regulador automotriz estadounidense ha indicado que la investigación preliminar abarca 2.4 millones de vehículos, lo que prácticamente equivale al total de unidades Tesla en circulación en el país. La agencia busca determinar si el sistema de conducción autónoma es capaz de detectar y reaccionar adecuadamente ante condiciones climáticas adversas, como el deslumbramiento por el sol, la niebla o el polvo en el aire. Además, pretende investigar si existen otros incidentes relacionados que no hayan sido reportados.

Los cuatro accidentes que han desencadenado esta investigación ocurrieron entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, resultando en coaliciones con otros vehículos, objetos estacionarios y peatones. Estos siniestros dejaron un saldo de una persona fallecida y otra herida. La variedad de condiciones climáticas en los incidentes pone en entredicho la capacidad del sistema para gestionar situaciones reales de forma segura.

Esta no es la primera vez que la NHTSA evalúa la tecnología de conducción autónoma de Tesla. En abril de este año, la agencia concluyó una investigación de casi tres años sobre el Autopilot, el sistema de conducción semiautomática de la compañía. El análisis abarcó cerca de 500 accidentes en los que el programa estaba activado, con 13 de ellos resultando fatales. Aunque Tesla sostiene que siempre advierte a los conductores sobre la necesidad de mantenerse alerta y listos para tomar el control del vehículo, los datos de seguridad siguen generando preocupación.

El impacto de esta nueva indagatoria podría ser considerable para la empresa. Elon Musk ha enfocado gran parte de la estrategia empresarial de Tesla hacia el desarrollo de la conducción autónoma y los robotaxis, tecnologías que considera fundamentales para el futuro de la movilidad. Sin embargo, esta dirección no está exenta de riesgos. Tesla enfrenta una ralentización de la demanda, una competencia feroz por parte de fabricantes chinos y una creciente presión regulatoria, que complican su panorama financiero. Solo entre abril y junio de 2024, la compañía reportó su peor margen de beneficio trimestral en más de cinco años, y sus beneficios netos se desplomaron un 50% en la primera mitad del año.

En medio de estas dificultades, Musk presentó recientemente el Cybercab, un prototipo de taxi autónomo de dos plazas, con la promesa de empezar su producción en masa dentro de los próximos tres años. Durante el evento, también mencionó que espera que, para 2025, el Model 3 y el Model Y puedan circular sin supervisión en calles de California y Texas. No obstante, no se ofrecieron detalles sobre los procesos de certificación y seguridad que se requerirían para que estos vehículos reciban las autorizaciones regulatorias necesarias.