Tesla ha iniciado esta semana una fase intensa de pruebas en Madrid con su sistema de Conducción Autónoma Total supervisada (FSD). El vehículo utilizado es un Model 3 de serie, equipado con una versión en desarrollo del software FSD. No se ha instalado hardware adicional, lo que subraya el enfoque visual de Tesla: solo cámaras, sin sensores LIDAR ni mapas HD.
El recorrido por la capital incluyó zonas de alta densidad como la Puerta de Alcalá, Cibeles, Paseo del Prado, el Retiro y varios barrios residenciales. Allí el coche se enfrentó a condiciones reales: tráfico urbano denso, pasos de peatones, rotondas, semáforos, ciclistas y conductores impredecibles. Todo sin intervención del conductor, salvo la exigencia de mantener las manos cerca del volante para cumplir con el nivel 2 de autonomía.
Tesla busca con estas pruebas acelerar la aprobación del FSD en Europa. A diferencia de otros mercados, el marco normativo europeo es más estricto y requiere validaciones específicas bajo el reglamento DCAS fase 3. La empresa defiende que su sistema reduce la siniestralidad y ha expresado su frustración ante los retrasos regulatorios. Actualmente, la conducción autónoma de Tesla está activa en Estados Unidos, China y México, pero aún bloqueada para el usuario final europeo.
¿Por qué Madrid? Tesla necesita poner a prueba el FSD en entornos urbanos complejos, con tráfico caótico, peatones impredecibles y giros cerrados. Madrid, por su orografía, variedad de calles y comportamiento de conducción local, ofrece un entorno ideal. El sistema debe adaptarse sin depender de mapas locales ni modificaciones específicas, algo que Tesla busca destacar frente a otros desarrolladores.
Esta no es la única ciudad europea en la que Tesla está probando su sistema. Roma, Berlín, Ámsterdam y varias capitales nórdicas también forman parte del plan. La estrategia es clara: recopilar datos reales en entornos diversos para ajustar el algoritmo antes de un despliegue comercial.
Mientras tanto, los usuarios europeos siguen sin poder acceder al FSD completo. Tesla espera obtener luz verde a lo largo de 2025, y Madrid parece jugar un papel clave en esta recta final.
