Lucid Motors, hasta ahora considerada la competencia más seria de Tesla en Estados Unidos, atraviesa un momento económico crítico con pérdidas acumuladas que alcanzan los 11 090 millones de euros y su acción cotiza en apenas 2,12 dólares, muy cerca de mínimos históricos.
Este desplome financiero tiene varias caras. Desde su salida a bolsa en 2021, la firma no ha logrado acercarse a sus ambiciosas previsiones de producción y ventas. Mientras en ese año anunciaba expectativas de producir 20 000 unidades en 2022 y hasta 135 000 en 2025, los números reales han sido dramáticamente inferiores: solo 4 369 en 2022, 6 001 en 2023 y 10 241 en 2024. La cifra total acumulada de entregas desde 2022 hasta diciembre de 2024 apenas supera los 20 600 coches, muy alejada de las promesas generadas y sobre todo, de las reservas estimadas en más de 25 000 unidades.
Esta brecha entre expectativas y resultados ha golpeado la valoración de la empresa y su capacidad de generar ingresos sostenibles. El precio medio de venta del Lucid Air —el modelo principal de la marca— ha caído desde los 160 000 USD en 2022 hasta aproximadamente 76 000 USD a principios de 2025, una estrategia destinada a estimular la demanda ante un mercado que no respondió según lo previsto. Esta política de descuentos ha erosionado los márgenes y no ha evitado que la cifra de ventas permanezca reducida, especialmente en Europa donde apenas se matricularon unas pocas decenas de unidades.
El contexto se agrava con un éxodo de directivos: 12 altos cargos dejaron la compañía entre octubre de 2023 y mayo de 2025, incluido su CEO Peter Rawlinson. A esto se suman reducciones de plantilla: en marzo de 2023 se despidieron 1 300 empleados y otros 400 en mayo de 2024, reflejando una situación financiera que obliga a recortar costes de forma urgente.
Aun así, Lucid sigue viva gracias al respaldo económico del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí, principal accionista con el 60 % del capital. Este fondo aportó 1 000 millones de dólares en 2018 y otros 1 500 millones en 2024. Además, ha permitido iniciar la construcción de una segunda fábrica en Jeddah con capacidad para producir hasta 10 000 unidades al año.
La esperanza de Lucid se centra ahora en el Lucid Gravity, un SUV de casi 5,03 m de longitud con autonomía estimada en 725 km. Su lanzamiento en EE. UU. avanza a ritmo lento, pero es crucial para revertir la dinámica negativa. Además, la marca prepara un SUV de tamaño medio para 2026 en Estados Unidos (2027 en Europa), con precio más competitivo para intentar acercarse a segmentos dominados por el Tesla Model Y.
Sin embargo, no todo está decidido. Lucid necesita demostrar que puede salir del «valle de la muerte» del sector eléctrico: convertir retrasos, pérdidas y reajustes drásticos en una trayectoria creciente de producción y ventas. El desafío es alto, y aunque cuenta con inyección de capital sólido, la paciencia del mercado no es infinita. La clave estará en si el Gravity y el futuro SUV de acceso logran revivir la fortaleza financiera y la reputación de la marca.