La electrificación del parque automovilístico avanza a buen ritmo, pero muchos conductores siguen dudando: ¿conviene comprar ya un eléctrico o esperar a los modelos de 2026? Esa pregunta tiene más sentido ahora que nunca. En los próximos 18-24 meses se espera un salto tecnológico importante en baterías, autonomía y precios. Pero no todo el mundo puede ni quiere esperar.
Empecemos por lo que hay ya en el mercado. En 2025, el Tesla Model 3 actualizado (Highland) domina en calidad-precio con hasta 629 km de autonomía WLTP, buen equipamiento y un precio que parte desde los 39.990 euros. Le siguen de cerca el Renault Scenic E-Tech (hasta 625 km), el Hyundai Kona EV y el MG4, este último por debajo de los 30.000 euros en su versión estándar. Todos estos modelos ya superan la barrera psicológica de los 400-450 km reales, con recargas rápidas y versiones bien equipadas.
Ahora bien, si el objetivo es aguantar un par de años con el coche actual, lo que viene en 2026 puede cambiar las reglas del juego. Varias marcas trabajan ya en baterías de estado sólido, como Toyota, BMW o Honda. Toyota promete autonomías superiores a los 1.000 km y cargas del 10% al 80% en menos de 15 minutos para su nueva generación de eléctricos, prevista a partir de 2026. Aun con reservas sobre su disponibilidad real, es un salto considerable frente a las baterías actuales de iones de litio.
Otra tecnología clave que estará más extendida en 2026 es la arquitectura de 800 voltios. Ya presente en modelos como el Kia EV6 o el Porsche Taycan, esta arquitectura permite recargas más rápidas y una mejor eficiencia. En los próximos lanzamientos de Hyundai, Volkswagen y Stellantis se integrará en modelos más asequibles. También se esperan mejoras importantes en software, conectividad y conducción autónoma de nivel 3, al menos en gamas medias y altas.
Otra razón para esperar podría ser el precio. El coste de las baterías sigue bajando: BloombergNEF estima que en 2026 se alcanzará el umbral de los 100 $/kWh, clave para que los eléctricos igualen el precio de fabricación de los térmicos. Esto podría traducirse en precios de venta más bajos y mayor competencia entre marcas chinas y europeas. BYD, Leapmotor, Nio o Xiaomi tienen planes de desembarco o ampliación en Europa antes de 2026.
Claro que todo esto es teórico hasta que llegue. Si el uso diario exige cambiar de coche ya, los modelos actuales ofrecen suficiente autonomía, ahorro en mantenimiento y ventajas fiscales. Pero si el coche actual aguanta y el presupuesto ronda los 35.000-40.000 euros, 2026 podría traer una nueva generación mucho más atractiva.