Mi experiencia con un Tesla Model 3 Long Range con tracción trasera

Hoy quiero contar una experiencia al volante de un Tesla Model 3 Long Range con tracción trasera, un coche que se destaca por su tecnología, confort y una autonomía sorprendente, todo por menos de 45.000 €. Durante este viaje, mi objetivo era superar los 700 km de autonomía estimada en condiciones invernales, incluso intentando acercarme a los 800 km, a pesar de los retos propios del frío y del uso de neumáticos de invierno.

Presentación del modelo y sus características

Desde el primer momento se nota que se trata de un vehículo pensado para quienes buscan un buen equilibrio entre precio y prestaciones. El precio en Europa se sitúa en 44.990 €, y cuenta con un motor que entrega 315 caballos, ofreciendo una potencia que se traduce en una conducción ágil y divertida. La batería, de fabricación LG M50, tiene una capacidad bruta de 78,1 kWh, de los que se pueden utilizar 75 kWh, lo que se traduce en una autonomía estimada de 702 km en condiciones ideales. Además, el coche dispone de una aerodinámica sobresaliente, reflejada en un coeficiente de 0,219, y sus ruedas de 18 pulgadas, con un diseño pensado para mejorar la eficiencia en la carretera.

Preparación y puesta en marcha

La salida del viaje se realizó en Alemania, en un supercargador V4, donde se puso a punto la batería y se aprovechó la infraestructura de carga rápida de Tesla. Antes de arrancar, se configuraron detalles como la presión de los neumáticos y se minimizó el peso a bordo, dejando solo lo indispensable. La intención era reducir al máximo los consumos adicionales. Con la batería casi al 100%, se inició la travesía, planificando un recorrido que abarcaba trayectos por Alemania, Suiza y algunos paisajes de montaña.

La experiencia en los supercargadores

En el centro de carga se pudo comprobar la capacidad de la red Tesla, que permite conocer en tiempo real tanto el precio como la velocidad de carga. La estación, ubicada en una zona en la que el propietario ha sabido aprovechar su terreno para crear un espacio cómodo para los usuarios, ofrecía desde lavado de coches por una módica cantidad hasta zonas de descanso con bebidas y hasta pizza caliente. Este tipo de instalaciones, que integran servicios básicos para quienes esperan la carga, resultan muy interesantes para quienes utilizan el coche a diario o en viajes largos.

Durante la carga, el coche se conectó a una potencia de alrededor de 117 kW, con picos superiores en algunos momentos, permitiendo que en aproximadamente 55 minutos se completara la carga. Todo ello, con una tarifa que, en este caso, fue de 0,44 €/kWh en el tramo final. Estas condiciones, aun en invierno, ofrecen una experiencia de carga bastante cómoda y sin contratiempos.

Recorrido entre Alemania y Suiza

El trayecto comenzó con una salida por autopista en condiciones de frío moderado, con temperaturas en torno a 6–7 °. La conducción se hizo de forma cuidadosa, aprovechando el modo “chill” que ofrece el coche y evitando el uso innecesario del sistema de climatización para conservar energía. La ruta incluía tanto tramos de autopista como carreteras más sinuosas, lo que permitió probar la capacidad del vehículo en diferentes escenarios.

El paisaje cambió a medida que se avanzaba, pasando de zonas más llanas en Alemania a carreteras que bordeaban lagos y, posteriormente, a trayectos por las zonas montañosas de Suiza. En estos últimos, se pudo notar cómo el asfalto de buena calidad y las condiciones de la carretera favorecían un consumo más bajo, a pesar de las subidas y bajadas que requieren mayor esfuerzo a la batería. Durante la conducción en montaña, la sensación era comparable a la de manejar un coche de gama alta, con una suspensión que combina suavidad en la absorción de baches y agilidad en curvas pronunciadas.

Datos de consumo y conducción

A lo largo del viaje se monitorizó el consumo en tiempo real. En condiciones de conducción en autopista, el consumo se situó en torno a los 110–120 Wh/km, mientras que en tramos de montaña y en situaciones de mayor viento se llegó a registrar cifras superiores, incluso cerca de los 200 Wh/km en algunas subidas pronunciadas. La eficiencia del coche, aun en invierno y con neumáticos de invierno, fue notable, permitiendo alcanzar unos 564 km recorridos en condiciones frías y con paradas para reponer energías.

La experiencia de conducción fue muy agradable. El volante ofrecía una respuesta precisa, y el coche se mantenía bien asentado en la carretera, incluso en curvas cerradas y en tramos con tráfico moderado. La tecnología de asistencia en iluminación, mediante faros LED adaptativos, permitió disfrutar de una excelente visibilidad en la noche, ajustándose a la presencia de otros vehículos en la vía.

Comodidad y sensaciones a bordo

El interior del Model 3 es sencillo y funcional, con asientos que ofrecen un buen confort en viajes largos. La insonorización es notable, lo que se traduce en una cabina tranquila a pesar del ruido exterior propio de las carreteras. Durante el viaje, a medida que se incrementaba la altitud y las condiciones climáticas se volvían más exigentes (con temperaturas cercanas a 2 ° en algunos tramos y presencia de nieve en las zonas más elevadas), se activó el sistema de calefacción para evitar el empañamiento de los cristales, lo que suponía un consumo adicional, pero sin que afectara de forma considerable a la autonomía.

La infraestructura de apoyo en ruta

Uno de los momentos más interesantes fue la visita a un supercargador gestionado por un particular que supo aprovechar su terreno para ofrecer un espacio atractivo a los usuarios. Además del servicio de carga, el lugar contaba con una zona de descanso, un pequeño local con café y snacks, y hasta un área para disfrutar de una pizza recién salida del horno. Esta idea demuestra cómo, con un poco de ingenio, se puede sacar partido a terrenos que de otro modo estarían desaprovechados. La propuesta resulta atractiva para quienes realizan viajes largos o trabajan con vehículos eléctricos en el sector del transporte compartido.

Impresiones finales de un viaje invernal

La aventura de recorrer más de 560 km en condiciones invernales demostró que, a pesar de los retos propios del frío y de carreteras que en ocasiones se ven afectadas por el viento, el Tesla Model 3 Long Range RWD se comporta de forma muy competente. Cada tramo del recorrido, ya fuera en autopista o en caminos de montaña, ofreció una experiencia de manejo que combina seguridad, confort y eficiencia. La capacidad del vehículo para mantener una autonomía respetable en condiciones no ideales lo convierte en una opción muy interesante para quienes buscan un coche eléctrico sin renunciar a la tranquilidad en viajes largos.

Con este viaje se pone de manifiesto que, incluso en invierno, y con las condiciones propias de esta estación, es posible disfrutar de la movilidad eléctrica sin prescindir del confort y la tecnología. La experiencia a bordo del Model 3 y la forma en que se ha gestionado la carga, el consumo y la conducción en diferentes tipos de carreteras invita a seguir explorando lo que este vehículo tiene para ofrecer en futuros recorridos.

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