La trampa del plan Moves III

La lentitud del Plan MOVES III para liberar las ayudas prometidas a quienes compran un coche eléctrico está provocando que muchas marcas tomen cartas en el asunto. Ante el riesgo de perder clientes que no quieren o no pueden esperar, varios fabricantes están adelantando el importe de la ayuda estatal. Eso sí, no lo hacen por amor al arte: la mayoría lo condiciona a una financiación con intereses notables y condiciones que no siempre se explican con claridad.

Uno de los primeros en moverse fue BYD, que ofrece el anticipo del MOVES en colaboración con CA Auto Bank. La propuesta: hasta 7.000 euros descontados al instante, pero vinculados a una financiación con un interés cercano al 9%. Los primeros nueve meses no se paga nada, pero después comienzan las cuotas, ya con intereses acumulados. Desde BYD justifican esta fórmula como una forma de “compensar” la espera administrativa, pero el comprador acaba asumiendo el coste real de la ayuda, y algo más.

Hyundai ha replicado este sistema con su programa “Full Electric. Full Care”, a través del banco Cetelem. Aquí el adelanto de la ayuda viene con una carencia total de ocho meses y una devolución en 12. La marca coreana lo aplica a modelos como el Kona eléctrico o el Ioniq 5, dos de sus grandes apuestas en este mercado. Aunque las condiciones son algo menos agresivas que en el caso de BYD, también implican un préstamo personal, y por tanto, intereses y obligaciones contractuales.

Renault, por su parte, ha optado por una vía muy similar. La ayuda se adelanta, pero hay que financiar el coche a través de Mobilize Financial Services. Lo mismo sucede con Dongfeng, que permite el anticipo de los 7.000 euros hasta un año, tras el cual se puede refinanciar la deuda si el Estado no ha abonado aún la ayuda. Esta operación se canaliza con Santander Consumer Finance.

Xpeng también ha entrado en esta dinámica. La marca china cubre la subvención durante 12 meses. Si pasado ese plazo no se ha cobrado la ayuda, la deuda recae nuevamente sobre el cliente, que puede refinanciar el importe si lo necesita. Aunque esta fórmula parece más flexible, el comprador sigue cargando con la incertidumbre y los posibles costes añadidos.

En paralelo, los datos de matriculaciones de vehículos eléctricos en España reflejan esta dificultad. Hasta junio de 2025, las ventas de eléctricos puros han crecido apenas un 6,5% respecto al año anterior, según AEDIVE, lejos del ritmo que se necesita para alcanzar los objetivos de descarbonización marcados por Bruselas. La lentitud del MOVES III está señalada como uno de los principales frenos del mercado.

Pero mucho ojo, estas fórmulas de adelanto no eximen a los compradores de declarar la ayuda como ingreso en el IRPF, lo que puede acarrear un coste fiscal inesperado. Es decir, ni siquiera este anticipo privado se traduce en un ahorro neto automático.

Queda claro que las marcas están actuando como parches de una administración que no está respondiendo con la agilidad que exige el mercado. Pero esos parches no son gratis: los compradores acaban convirtiendo una ayuda pública en una deuda privada, con todo lo que eso implica.

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