La semana pasada viajamos a Pekín para asistir a la última presentación de Xiaomi. La marca china mostró su nuevo arsenal tecnológico: móviles, relojes, pulseras, aspiradoras, gafas con IA… y, sobre todo, el Xiaomi YU7, su segundo coche eléctrico tras el exitoso SU7.
Este nuevo modelo, al que ya hemos podido subirnos y conducir en las afueras montañosas de la capital, no se conforma con ser una evolución: apunta directamente al segmento del Tesla Model Y y lo hace con argumentos muy sólidos.
La primera impresión es clara. El YU7 va más allá en acabados, variedad de opciones y autonomía. Para quien use a diario un Model Y, el salto es evidente. Xiaomi ha afinado su receta de electrónica de consumo —gran producto a precio contenido— y la ha trasladado con acierto al sector del automóvil.
Las cifras de reservas lo demuestran. En apenas unos días tras la presentación, se acumularon cientos de miles de pedidos. Con eso, las dos fábricas de la marca en Pekín ya tienen asegurada su producción hasta 2027. Una tercera planta ya está en construcción. El ritmo es vertiginoso.
Este movimiento no solo presiona a Tesla. También ha forzado a marcas chinas como Xpeng a reaccionar antes de tiempo: el G7 ha adelantado su llegada al mercado. BYD, por su parte, apuesta por mantenerse competitiva mediante mejoras en carga rápida y versiones más accesibles como el Dolphin Surf.
Pero el terremoto provocado por Xiaomi no se detiene en las cifras de reservas. La marca tiene a su favor una imagen muy consolidada, una base de fans fiel y una experiencia notable en electrónica que ahora se traduce en una oferta diferenciada en el coche eléctrico.
En paralelo, el mercado eléctrico europeo —y especialmente el español— vive su propio momento de expansión. Las matriculaciones de vehículos electrificados han crecido con fuerza, y los eléctricos puros ya se acercan al 8 % de cuota mensual. Los híbridos enchufables también siguen escalando posiciones. Todo esto, unido a un precio de la electricidad que, con una carga inteligente, puede seguir resultando competitivo frente al repostaje tradicional, crea el escenario perfecto para que propuestas como el YU7 encajen sin fricciones.
Y mientras algunas marcas ajustan estrategias, Xiaomi sigue con paso firme: dos fábricas a pleno rendimiento, una tercera en camino, y una hoja de ruta que apunta a una expansión que podría dar más noticias muy pronto.