Esta matrícula vale 15 millones de dólares y la lleva un Tesla

En Dubái, las matrículas de coche no solo son un simple requisito legal, sino también un símbolo de estatus y exclusividad. Entre las matrículas más codiciadas se encuentran las de un solo dígito, que pueden alcanzar precios astronómicos en subastas. Una de las más legendarias es la matrícula número 7, que ha sido objeto de una intensa competencia entre multimillonarios del emirato.

La cultura de las matrículas personalizadas en Dubái se ha convertido en un fenómeno donde empresarios y jeques pujan para obtener números que reflejan poder, riqueza o significado personal. En 2016, la matrícula 7 fue subastada por la Autoridad de Transporte y Carreteras de Dubái (RTA) como parte de un evento destinado a recaudar fondos para causas benéficas. Durante la subasta, esta matrícula alcanzó un precio impresionante de 13 millones de dirhams (aproximadamente 3,5 millones de dólares).

El comprador de la matrícula 7 fue Balvinder Sahni, un magnate inmobiliario y fundador de la compañía RSG Group. Sahni no es ajeno a las matrículas exclusivas, ya que también adquirió la matrícula número 9 por 24 millones de dirhams en otra subasta. Para él, estas adquisiciones no solo representan un capricho, sino una inversión y una manera de contribuir a la sociedad, ya que parte de los fondos recaudados se destinan a programas de caridad.

Las matrículas de un solo dígito en Dubái son un objeto de deseo porque simbolizan antigüedad y exclusividad. Cuanto menor es el número, mayor es su prestigio. La matrícula 7 es especialmente valorada porque el número tiene connotaciones culturales y espirituales en diversas tradiciones.

Actualmente, la matrícula número 7 pertenece a Pavel Durov, fundador de Telegram, quien después de pagar cerca de 15 millones de dólares, la ha colocado en un Tesla Cybertruck, lo que ha generado aún más interés en esta icónica matrícula. La combinación de un vehículo vanguardista con una matrícula histórica refuerza la imagen de exclusividad y poder que representa.

Aunque para muchos resulte sorprendente pagar millones por una matrícula, en Dubái estas compras son una declaración de estatus comparable a poseer un superdeportivo o una propiedad en Palm Jumeirah. La matrícula 7 sigue siendo un emblema del lujo extremo que caracteriza a la ciudad, donde la ostentación y la exclusividad forman parte de la vida cotidiana de sus residentes más adinerados.

 

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