Elon Musk ve la orejas al lobo

Durante la última conferencia de resultados de Tesla, Elon Musk quiso enviar un mensaje claro a sus inversores: a partir de mayo, dedicará menos tiempo a sus actividades políticas y enfocará su atención en el futuro de Tesla. El CEO reconoció que su implicación política reciente había sido «necesaria» para frenar lo que considera un despilfarro económico en Estados Unidos, pero subrayó que ahora la prioridad es fortalecer la compañía de vehículos eléctricos.

Musk no dejó pasar la oportunidad de remarcar que su incursión política no ha sido un capricho, sino un movimiento estratégico para proteger el futuro de Tesla frente a decisiones gubernamentales que, a su juicio, ponen en riesgo el libre comercio. El empresario se refirió de forma directa a los nuevos aranceles del 25% impuestos recientemente por la administración de Donald Trump a todos los coches y componentes importados. Una medida que, aunque pretende incentivar la producción local, está impactando de lleno a Tesla, que depende de una red global de proveedores para su cadena de suministro.

Elon Musk ha sido especialmente crítico con estos aranceles, advirtiendo que dificultan la competitividad de las empresas estadounidenses en un mercado globalizado. De hecho, el CEO no dudó en señalar a un asesor concreto como responsable de esta política, en un cruce de declaraciones públicas que ha acaparado titulares en las últimas semanas.

La respuesta internacional tampoco se ha hecho esperar. China, principal mercado exterior de Tesla y país clave en su estrategia de expansión, ha replicado con medidas similares, encareciendo aún más los costes de operación para la marca californiana. En 2024, Tesla vendió en China más de 600.000 unidades (según la Asociación China de Automóviles de Pasajeros), lo que da una idea de lo mucho que está en juego para la firma si se prolonga esta guerra comercial.

Musk instó a los accionistas e interesados en Tesla a pensar a largo plazo, recordando que la volatilidad actual no debe desviar la atención del objetivo principal: convertir a Tesla en el líder absoluto de la movilidad eléctrica a nivel global. Una meta ambiciosa que llega en un momento especialmente sensible, con una caída de las entregas del 8% en el primer trimestre de 2025 y un mercado cada vez más saturado de nuevos competidores, tanto en Europa como en Asia.

En este contexto, Tesla también sigue apostando por recortar costes de producción, expandir su red de Supercargadores (que en marzo 2025 alcanzó los 6.000 puntos activos en Europa) y acelerar el desarrollo de nuevas plataformas eléctricas más asequibles. Todo en medio de un escenario comercial incierto en el que, según Musk, las decisiones políticas tomadas hoy marcarán la historia de la compañía en los próximos años.

Tesla CEO Elon Musk (R), German Chancellor Olaf Scholz (L) and Brandenburg State Premier Dietmar Woidke applaud as they attend the start of the production at Tesla’s «Gigafactory» on March 22, 2022 in Gruenheide, southeast of Berlin. – US electric car pioneer Tesla received the go-ahead for its «gigafactory» in Germany on March 4, 2022, paving the way for production to begin shortly after an approval process dogged by delays and setbacks. (Photo by Patrick Pleul / POOL / AFP)

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