Tesla ha confirmado que ya ha iniciado la producción del que será su modelo más barato hasta la fecha, mientras presenta los resultados financieros del segundo trimestre de 2025. La noticia llega en un momento clave, marcado por una contracción significativa de ingresos y una caída notable en las entregas de vehículos.
La compañía registró unos ingresos de 22.500 millones de dólares, lo que supone un descenso del 12 % respecto al mismo periodo del año anterior. Esta caída interanual es la mayor en más de diez años y refleja una combinación de factores: menores entregas, una estrategia de precios más agresiva para mantenerse competitiva y la reducción de ingresos por créditos regulatorios.
Pese al retroceso, Tesla ha logrado mantener un flujo de caja libre positivo de 146 millones, lo que implica que sigue generando efectivo después de cubrir sus inversiones. Además, su posición de liquidez sigue siendo sólida, con casi 37.000 millones de dólares en efectivo e inversiones, lo que le permite continuar con su ambicioso plan estratégico sin comprometer estabilidad financiera.
Uno de los focos del trimestre ha sido el cambio en la composición de ingresos. Mientras que las ventas de vehículos caen, los ingresos por servicios, energía y software continúan creciendo. El segmento de servicios ha alcanzado los 3.000 millones de dólares, impulsado principalmente por el negocio de mantenimiento, seguros y suscripciones digitales.
Otro punto destacable es que Tesla ha comenzado en junio la producción inicial de su nuevo modelo asequible, un vehículo con un precio objetivo por debajo de los 25.000 dólares. El lanzamiento oficial está previsto para finales de este año. Aunque no se han revelado detalles técnicos, se espera que sea una versión simplificada del Model Y, orientada a competir directamente con fabricantes asiáticos que están ganando terreno en el mercado global.
El margen bruto se redujo al 17,2 %, frente al 18 % del mismo periodo del año anterior. El beneficio neto cayó un 16 %y el beneficio por acción diluido descendió un 18 %, en línea con lo esperado por el mercado. A pesar de ello, el margen operativo ajustado se mantuvo en el 15 %, lo que sugiere que Tesla ha conseguido contener el impacto gracias al control de costes y a la eficiencia operativa.
El entorno macroeconómico sigue siendo un lastre. Tesla reconoce que los aranceles, la incertidumbre fiscal y la retirada de algunos incentivos en mercados clave están afectando a la demanda, especialmente en Estados Unidos. Además, los inventarios han aumentado, lo que podría ser indicativo de una menor rotación de producto o una demanda más débil en algunos segmentos.
No obstante, la compañía mantiene su estrategia centrada en la inversión a largo plazo en autonomía, energía y robótica, y ha confirmado que sigue en marcha el despliegue progresivo de su servicio de robotaxis, ya en fase piloto en algunas ciudades estadounidenses.
El mensaje que lanza Tesla es claro: el presente es complejo, pero el futuro sigue siendo prometedor. Con un modelo asequible en camino, una cartera diversificada y una posición financiera robusta, la empresa confía en recuperar el impulso en la segunda mitad del año y consolidar su liderazgo en la nueva era del vehículo eléctrico.