Tesla tiene un problema en Europa y corre el riesgo de echar por tierra la buena imagen de la marca debido a las actividades políticas de Elon Musk, por ejemplo el gobierno polaco llamara públicamente a boicotear los coches eléctricos de la compañía. La razón: los recientes comentarios de Elon Musk en apoyo a Alternativa para Alemania (AfD), un partido de extrema derecha con vínculos con el neonazismo.
El ministro polaco de Deportes, Slawomir Nitras, lanzó un mensaje contundente en la radio local Tok FM: «No hay justificación para que ningún polaco razonable continúe comprando Teslas». Sus palabras reflejan la creciente indignación en Varsovia después de que Musk minimizara el peso de la historia nazi en Alemania y se alineara con la AfD de cara a las elecciones del 23 de febrero
El conflicto comenzó cuando Musk publicó en su red social X (anteriormente Twitter) que “solo AfD puede salvar a Alemania”. Posteriormente, en una entrevista con Alice Weidel, líder del partido, el magnate reforzó su apoyo a la formación, que actualmente se sitúa en segundo lugar en las encuestas, superando al debilitado partido socialdemócrata de Olaf Scholz.
Pero el momento más polémico llegó durante la apertura de campaña de AfD, cuando Musk se dirigió a los votantes alemanes y les animó a “estar orgullosos de su país”, dejando atrás la «culpa» por el nazismo. “Los niños no deberían ser culpables de los pecados de sus padres o de sus bisabuelos (…) Se apunta demasiado a la culpa del pasado, eso es algo que hay que dejar atrás”, declaró.
Estas palabras cayeron como una bomba en Europa, especialmente en Polonia, el primer país invadido por Adolf Hitler y donde se ubicó el campo de concentración de Auschwitz, símbolo del Holocausto. En total, seis millones de polacos murieron durante la ocupación nazi, la mitad de ellos judíos.
Desde el gobierno polaco han calificado las declaraciones de Musk como una provocación. El primer ministro, Donald Tusk, fue tajante: «Las palabras que hemos escuchado en la manifestación de AfD suenan demasiado familiares y siniestras, especialmente en la víspera del aniversario de la liberación de Auschwitz».
El ministro Slawomir Nitras, por su parte, insistió en que es urgente una respuesta seria y firme, incluyendo un boicot a Tesla. La polémica llega en un momento clave, justo cuando Polonia está preparando un plan de incentivos para la compra de coches eléctricos, con el objetivo de acelerar su transición energética.
No está claro aún qué impacto tendrá este llamamiento en las ventas de Tesla en Polonia, pero el gesto es significativo: es la primera vez que un gobierno europeo llama públicamente a no comprar los vehículos de la compañía.
Reacciones en Alemania, Israel y la Unión Europea
El escándalo no se ha limitado a Polonia. En Alemania, las palabras de Musk han sido duramente criticadas. Dani Dayan, director del memorial del Holocausto Yad Vashem, escribió en X: “El recuerdo y el reconocimiento del oscuro pasado deben seguir en el centro de la sociedad alemana. No hacerlo es ofender a las víctimas del nacionalsocialismo”.
En contraste, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu salió en defensa del empresario. «Elon es un gran amigo de Israel», afirmó, recordando su visita al país tras el ataque de Hamás el 7 de octubre y su apoyo al derecho de Israel a defenderse.
En Bruselas, la Comisión Europea observa con recelo los movimientos de Musk. La Unión Europea ya mantiene una disputa con Tesla y su plataforma X, a la que investiga por su opacidad y su falta de control sobre la desinformación. Además, la empresa ha llevado a la Comisión Europea ante el Tribunal General de la UE para impugnar los nuevos aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China, incluyendo los Tesla producidos en la planta de Shanghái.
La confrontación con Polonia supone un nuevo obstáculo para Musk en Europa. Aunque Tesla sigue siendo un líder en el mercado de los coches eléctricos, la compañía ya ha enfrentado problemas en el continente, desde retrasos en la Gigafactory de Berlín hasta la creciente competencia de marcas locales y chinas.
Si bien el boicot polaco podría no afectar gravemente las ventas globales de Tesla, sí marca un precedente peligroso para la reputación de la marca en un mercado clave. Si más países se suman a la condena y se genera un efecto dominó, la empresa podría enfrentarse a un desafío serio en su expansión europea.
Por ahora, lo que comenzó como una declaración política de Musk se ha convertido en un choque de trenes diplomático y económico que sigue escalando.