El barco más grande del mundo para coches ya navega, y es de BYD

Lo que empezó en 1995 como un pequeño fabricante de baterías hoy es una potencia global de la automoción. Tras superar a Tesla en ventas mundiales en 2024, BYD confirma su dominio no solo en producción de coches eléctricos, sino también en logística. La compañía china acaba de botar su propio gigante marítimo: el BYD Shenzhen, el mayor buque de transporte de vehículos del planeta.

Con 220 metros de eslora —el doble que un campo de fútbol—, el Shenzhen es capaz de transportar hasta 9.200 vehículos repartidos en 16 cubiertas. Está diseñado bajo el formato Roll-on/Roll-off (Ro-Ro), donde los coches suben y bajan por sus propios medios a través de rampas, sin necesidad de embalaje en contenedores. Este tipo de buque no solo acelera las operaciones de carga y descarga, sino que también reduce costes, una ventaja crítica en el comercio global actual.

El Shenzhen acaba de partir rumbo a Brasil, su primera misión. Forma parte de una estrategia mayor: BYD anunció en 2022 una inversión de 687 millones de dólares para construir una flota propia de siete buques Ro-Ro. Los motivos son claros. Con exportaciones que crecieron un 124 % en el primer trimestre de 2025 (133.361 unidades enviadas), y un objetivo de más de 800.000 coches exportados este año, BYD necesitaba urgentemente solucionar su dependencia de navieras externas, cuyos costes de flete han llegado a los 150.000 dólares diarios.

El BYD Shenzhen no solo es grande; también es más limpio que los cargueros tradicionales. Sus motores duales de GNL (gas natural licuado) recortan un 99 % de las emisiones de óxidos de azufre y un 85 % las de óxidos de nitrógeno, cumpliendo con normativas ambientales cada vez más exigentes, como las de la Unión Europea. Además, el barco incorpora tecnologías que mejoran su eficiencia, como un recubrimiento especial que evita que organismos marinos se adhieran al casco —ganando hasta un 8 % de eficiencia en el consumo—, y generadores que transforman la energía sobrante de los motores en electricidad para los sistemas auxiliares.

No es casualidad. La obsesión de BYD por controlar toda su cadena de valor se refleja en todo lo que hace: desde la extracción de materias primas hasta la entrega final del vehículo. Sus fábricas, con un 97 % de automatización, ya construyen más coches eléctricos que cualquier fabricante occidental, y a precios muy inferiores. Ahora, con su propia flota de barcos, el control logístico completa el círculo.

La competencia también mueve ficha. SAIC Motor opera su propia flota de 31 buques bajo la marca Anji Logistics, y Hyundai Glovis —filial del grupo coreano Hyundai-Kia— gestiona 60 barcos Ro-Ro, prestando servicio a gigantes como Toyota y Volkswagen. Pero a diferencia de ellos, BYD utilizará sus barcos exclusivamente para su propia producción, subrayando su modelo de integración vertical extrema.

Con el BYD Shenzhen ya surcando mares, y el BYD Changsha a punto de ser botado, la firma china avanza en su plan de transportar más de un millón de vehículos al año con flota propia para 2026. Eso equivale a un coche cargado cada 30 segundos.

Mientras la industria automotriz occidental sigue buscando alianzas y soluciones compartidas para el transporte de vehículos, BYD va por libre, afianzando una ventaja que ya empieza a parecer insalvable.

Deja una respuesta