La durabilidad de las baterías en vehículos eléctricos ha sido un tema de debate constante entre conductores y expertos del sector. Sin embargo, casos recientes demuestran que estas pueden superar con creces las expectativas iniciales. Un ejemplo destacado es el de un Hyundai IONIQ 5 en Corea del Sur que ha recorrido más de 666.000 kilómetros en poco más de tres años, desafiando las preocupaciones sobre la degradación de las baterías en coches eléctricos.
Este vehículo eléctrico ha registrado un promedio diario de más de 540 kilómetros, una cifra que supera ampliamente la media diaria de un conductor europeo, estimada en 50 kilómetros. Lo más sorprendente es que, a pesar de este uso intensivo y de recurrir frecuentemente a cargas rápidas de corriente continua, la batería original del IONIQ 5 mantuvo un 87% de su capacidad original después de 580.000 kilómetros.
A los 580.000 kilómetros, el propietario experimentó un fallo en la batería, y Hyundai decidió reemplazarla sin coste alguno, a pesar de que la garantía estándar suele cubrir hasta 160.000 kilómetros o 10 años. Este gesto subraya la confianza del fabricante en la durabilidad de sus componentes y su compromiso con la satisfacción del cliente.
Este caso no es aislado. Otros propietarios de vehículos eléctricos han reportado mínima degradación en las baterías incluso después de recorrer grandes distancias. Por ejemplo, un usuario que utilizó exclusivamente cargas rápidas durante 18 meses y recorrió 16.000 kilómetros observó una degradación de solo el 1,4% en la capacidad de su batería.
Estos ejemplos evidencian que, con un mantenimiento adecuado y prácticas de carga responsables, las baterías de los vehículos eléctricos pueden tener una vida útil prolongada, disipando así las preocupaciones sobre su durabilidad y rendimiento a largo plazo.