SEVB, uno de los grandes actores del sector de baterías en China, ha sacudido el tablero con la presentación de su nueva tecnología Flash Charging Battery 4.0, capaz de cargar 150 kilómetros de autonomía en apenas un minuto. El anuncio se ha producido durante la 17ª Feria Internacional de Baterías de Shenzhen, donde la compañía ha mostrado la segunda generación de su familia Star Chaser, centrada en recarga extrema y rendimiento sostenido.
La joya de la corona es la Xinxingchi 2.0 Kiloamp Extreme Charging Edition, una batería que trabaja con arquitectura de 1.000 voltios y alcanza hasta 1,4 megavatios de potencia de carga, todo ello gracias a un sistema de refrigeración líquida con circuitos flexibles integrados. En cifras: hasta 1.400 amperios y 450 kilómetros recargados en cinco minutos. Es un salto técnico que deja muy atrás los 250-350 kW que ofrecen hoy las redes de carga ultrarrápida en Europa (Ionity, Fastned o las propias de fabricantes como Porsche o Tesla).
Desde su primera generación en 2022, que ya ofrecía recarga total en 15 minutos (4C), SEVB ha multiplicado la velocidad. Ahora, con tasas de hasta 12C, es posible alcanzar la carga completa en cinco minutos, mientras que su versión de autonomía extendida (hasta 800 km) se recarga al completo en diez minutos (6C). Esta versión equipa un cátodo de alta densidad, electrodos compuestos más gruesos y una estructura interna patentada, bautizada como Tianqing, que optimiza el espacio y la disipación de calor.
La apuesta de SEVB no se queda sólo en la velocidad. La batería está diseñada para mantener su rendimiento incluso en condiciones extremas, con retención del 90% de energía a -20 ºC y capacidad operativa hasta los -40 ºC, algo poco habitual incluso en modelos premium de marcas europeas o coreanas. Para lograrlo, se ha ampliado un 50% la superficie de refrigeración y se han aplicado materiales de aislamiento térmico inspirados en tecnología aeroespacial.
En cuanto a durabilidad, SEVB afirma que la batería no solo minimiza el envejecimiento prematuro —un problema conocido en sistemas de carga rápida—, sino que ha sido diseñada para garantizar ciclos de carga estables a largo plazo. El mensaje de fondo es ambicioso: lograr la tan mencionada “paridad energética” entre el repostaje de gasolina y la carga eléctrica. Si una batería puede sumar 150 km en el tiempo que se tarda en pagar un café, el argumento de la lentitud desaparece.
En paralelo, Europa acelera sus inversiones en redes de alta potencia, pero ninguna infraestructura actual puede todavía sacar partido a estos niveles de carga. En la práctica, esto abre un nuevo frente: si los vehículos eléctricos pueden cargar en minutos, la carrera pasa a ser por la infraestructura, no por la batería. Aunque aún no hay confirmación de qué marcas integrarán esta tecnología, la capacidad de producción y el músculo industrial de SEVB en China la colocan en una buena posición para empezar a exportar baterías con estas características a gran escala.