La idea de llevar un vehículo que se enchufa a la red eléctrica genera cierta inquietud cuando uno empieza a plantearse su compra. Es normal tener dudas sobre cómo cargarlo en la plaza del garaje, qué potencia contratar o si conviene un contador nuevo. A continuación, se ofrecen claves sencillas para que puedas decidir con calma qué hacer, basadas en la experiencia de quien ya pasó por el mismo camino. Aunque se presenten algunos cálculos, no hace falta ser un experto para seguirlos. Lo importante es tener claro qué uso das a tu coche, qué kilometraje sueles hacer y en qué horario querrás recargarlo.
Por comodidad, se utiliza la sigla EV para referirse tanto a los eléctricos puros (BEV) como a los híbridos enchufables (PHEV). La recarga nocturna en casa (o en tu lugar de trabajo, si fuera posible) aporta un gran confort: el coche se enchufa por la noche, y a la mañana siguiente está listo, evitando paradas en cargadores públicos. Eso sí, si no dispones de plaza de garaje propia ni forma de recargar en tu empleo, puede que el uso de un EV resulte menos apropiado.
A lo largo de este repaso se plantean aspectos como la autonomía real, el consumo aproximado que se gasta, las opciones de toma eléctrica (contador propio o el de la vivienda) y cómo dimensionar la potencia que necesitas. También se resumen las clases de puntos de recarga existentes y las características que convendría mirar antes de instalarlos. De manera opcional, algunos anexos profundizan en trámites de alta de suministro, elección de cableado o tarifas eléctricas.
Conceptos básicos: energía y potencia
La energía medida en kWh (kilovatios hora) sería comparable al volumen total que consumes, por ejemplo, de agua. Cuanto más largo sea el tiempo que algo está encendido, más energía se gasta. Por otro lado, la potencia (kW) vendría a ser el “caudal” que puede pasar en un instante, reflejando a cuánta velocidad se consume la electricidad. Cuantos más aparatos potentes se usan a la vez, mayor potencia se demanda.
Por ejemplo, un coche que cargue a 3,7 kW (unos 16 amperios en monofásica) tomará 3,7 kWh de la red por cada hora de enchufe. Si a lo largo de una noche de ocho horas esa potencia se mantiene, se habrán transferido 3,7 kW x 8 horas = 29,6 kWh. La electricidad consumida por la vivienda también suma, así que hay que asegurarse de no rebasar la potencia contratada si se comparte contador con la casa.
En España es común tener instalaciones monofásicas (230 V) para potencias hasta 15 kW. Por encima de ese valor suele emplearse trifásica (400 V entre fases). También existen varios dispositivos de protección que se instalan en los cuadros eléctricos para mayor seguridad: magnetotérmicos (interruptores que saltan si hay sobreconsumo o un cortocircuito), diferenciales (cortan la corriente al detectar fugas), y protectores contra sobretensiones. Todo ello puede verse en los esquemas de tu cuadro doméstico.
Autonomía y cálculo de consumo en un EV
Antes de elegir un coche enchufable, conviene revisar cuántos kilómetros diarios realizas, para ver si la batería te cubre con holgura esos desplazamientos. No es recomendable andar al límite, pues la autonomía real depende del ritmo de conducción, del uso de climatización, de la orografía y de la temperatura ambiente. Además, la mayoría de propietarios prefieren no cargar el coche siempre al 100% para alargar la vida de la batería, por lo que tal vez aprovechen solo un rango entre el 10% y el 80%.
Para hacer una estimación, se parte del consumo medio que indica el fabricante (por ejemplo, 150 Wh por km). Como esa cifra suele pecar de optimista, se puede añadir un 15% adicional. Así, 150 Wh/km quedaría en 172,5 Wh/km en un uso más real. Multiplicas por los kilómetros diarios que planeas y te aproxima la energía “gastada” de la batería cada jornada. A ese número le sumas las pérdidas que ocurren en el proceso de carga (alrededor de un 12% si se cuenta la conversión interna y la caída de tensión en el cableado). El resultado final es lo que sale del contador eléctrico.
Por ejemplo, si cada día haces 100 km y tu coche consume unos 172,5 Wh/km, necesitas 17,25 kWh en la batería. Como no todo lo que sale del enchufe se convierte en energía almacenada (hay pérdidas), divides ese 17,25 entre, digamos, 0,88 (una eficiencia global del 88%). Te resultan casi 20 kWh diarios que se extraen de la red. Multiplica por los días del año para calcular lo que suponen en un periodo más largo y así podrás ver qué coste te supondrá tu coche eléctrico en la factura.
Formas de conectar la recarga doméstica
Si vives en una casa unifamiliar, la idea de enchufar el coche a la toma eléctrica de tu vivienda no supone grandes dilemas. Pero si tu plaza está en un garaje comunitario, la primera norma es que no debes usar el suministro de la comunidad para tu coche. Tienes que llegar con un cable desde tu propio contador, de modo que tu consumo quede reflejado solo en tu factura.
Hay dos opciones claras:
- Poner un nuevo contador para el vehículo.
- Conectar la estación de carga al contador de la vivienda.
Abrir un nuevo punto de suministro tiene la ventaja de poder contratar una tarifa con precios muy bajos en horas nocturnas (hubo una específica para coches enchufables que era bastante económica de madrugada). Sin embargo, implicaba ciertos pagos fijos y trámites de alta. Si vas a recorrer muchos kilómetros cada año y cargar siempre durante esas horas promocionadas, a veces compensa. Por otra parte, instalar un nuevo contador no siempre es sencillo: puede que la acometida del edificio ya esté saturada o que falten huecos en la centralización de contadores, requiriendo reformas costosas que deban aprobarse en junta de vecinos.
Otra opción es usar el contador de casa. En este caso, conviene que el punto de carga disponga de “carga dinámica,” lo que significa que mide continuamente la potencia conjunta que se está usando (vivienda más coche) y ajusta la intensidad que va al coche para no rebasar el tope contratado. De ese modo, si se enciende el horno, la lavadora y el aire acondicionado a la vez, el cargador reduce la potencia de recarga o incluso la para, evitando que salten los automáticos. Luego, cuando bajan esos consumos, vuelve a entregar más energía al coche. Esta modalidad es muy práctica en instalaciones monofásicas donde la potencia de la casa es limitada.
Cuánta potencia necesitas
La potencia a contratar (kW) depende de cuánto quieres cargar (kWh) en un cierto tiempo (horas). Un vehículo que consume 20 kWh diarios necesitará esa misma cantidad del contador. Si tienes ocho horas baratas por la noche (por ejemplo, de 00:00 a 08:00), dividiendo 20 kWh entre 8 h sale una media de 2,5 kW. Suma algo más si la vivienda está usando algo de potencia en esa franja (frigorífico, luces encendidas, etc.), y sabrás el total que has de dejar libre para el coche. De ese modo, se puede calcular cuánto subir la potencia de la casa o cuánta se pide en el caso del nuevo contador.
En situaciones en las que quieras llenar la batería desde un porcentaje bajo hasta el 100% en menos tiempo, quizás sea necesario tener más kW disponibles. Por ejemplo, si buscas recuperar toda la carga en seis horas en vez de ocho, habrá que multiplicar el término de potencia. Si además la batería es de gran capacidad, las cifras se disparan. De todos modos, no siempre se necesita la carga al máximo. Para el día a día, 3,7 kW (16 amperios) puede ser más que suficiente, porque si duermes unas siete o ocho horas, resulta bastante energía acumulada cada noche.
Qué punto de recarga instalar
Un cargador (o estación de recarga) se encarga de comunicarse con el coche y decirle la intensidad que puede tomar. Hoy en día hay distintos tipos, cada uno con funciones específicas:
- Carga básica con enchufe doméstico (schuko):
Es lo más simple, pero hay que vigilar que la base schuko sea robusta y certificada para trabajar varias horas a 16 amperios. No es la preferida si necesitas muchos kW a diario. - Estaciones monofásicas de hasta 7,4 kW:
Son las más comunes en domicilios. Se cuelgan en la pared y llevan una manguera con conector tipo 2, o un cable incorporado (depende del modelo). Varias marcas ofrecen versiones con wifi para programar horarios, bloquear el cargador con contraseña o ajustar la intensidad. A menudo se completa con el sistema de carga dinámica, instalando una pequeña pinza de medida (transformador toroidal) en la entrada eléctrica de la casa. - Opciones trifásicas (11, 22 kW):
Ideales para quien requiera recargas más rápidas o ya posea un suministro trifásico. Suelen usarse en flotas o en sitios donde el consumo eléctrico contratado es alto. Son también habituales en empresas.
Al elegir, conviene asegurarse de que se adapte a tus necesidades:
- ¿Necesitas programar la recarga solo en horas baratas? Asegúrate de que disponga de esa programación horaria.
- ¿Vas a compartirlo con más usuarios? Hay estaciones que permiten identificación con tarjeta o códigos.
- ¿Quieres gestionar la potencia con exactitud para no disparar el interruptor de casa? Asegúrate de que ofrece la función dinámica con el sensor correspondiente.
Trámites para dar de alta un nuevo contador
Si apuestas por un nuevo punto de suministro, el proceso con la distribuidora de tu zona lleva ciertos pasos. Primero, se solicita el alta en su página web, indicando la ubicación y la potencia. La distribuidora revisa si la acometida permite esa potencia adicional. Si hay suficiente margen, te mandan una propuesta económica (los llamados derechos de extensión). Luego, tu electricista hace la “instalación de enlace”: lleva el cable desde el embarrado inferior de la centralización de contadores hasta un hueco libre donde la distribuidora colocará el nuevo contador. Después, se contacta con la comercializadora elegida para dar de alta el contrato, y la distribuidora pasa a instalar el contador.
El coste de este alta abarca dos partes:
- Derechos de extensión con la distribuidora.
- Derechos de acceso y enganche con la comercializadora, más un depósito de garantía (en ocasiones).
A eso hay que sumar la mano de obra de tu instalador, el certificado oficial (CIE) y cualquier adaptación que exija la normativa para tu garaje. Una vez listo y con el contador operativo, podrás contratar la tarifa que te interese.
Elección del cable y aspectos de instalación
Es habitual usar un tubo por el techo del garaje para llevar los conductores hasta la plaza. El diámetro del tubo y el grosor del cable no se eligen al azar: se tienen en cuenta factores como la longitud total, la potencia máxima que circulará y la normativa de seguridad en garajes. El electricista determinará si basta con 6 mm² o si hacen falta 10 mm², por ejemplo. Además, se contemplan protecciones en el cuadro (magnetotérmico, diferencial tipo A, etc.).
Si la distancia es grande y la intensidad alta, es preferible un cable de mayor sección para que la caída de tensión y las pérdidas sean menores. También hay que tener en cuenta que, en un garaje cerrado, el reglamento obliga a que el cable sea de cierta categoría (baja emisión de humos y no propagador del fuego), así como el uso de canalizaciones que soporten posibles incidencias.
Tarifas eléctricas y cómo buscarlas
La factura de la luz se compone de varios apartados, pero las dos partes donde puedes incidir son:
- La potencia contratada, pagada en €/kW al mes (o al día).
- La energía consumida, pagada en €/kWh según las horas en que la uses.
Muchas tarifas ofrecen tramos horarios con precios distintos (punta, llano, valle). Normalmente, las horas de la madrugada son las más baratas para consumir, y coincide con el momento perfecto para dejar el coche enchufado. Si consigues desplazar buena parte de tu gasto a ese periodo, tu factura bajará.
Además, existen horas valle también los fines de semana y festivos, por lo que tendrás más tiempo para cargar barato. También es posible contratar potencias diferentes según la franja: una por el día (más cara) y otra mayor por la noche (más económica), así optimizas la cuota que pagas en horas diurnas.
Para saber qué plan te conviene, lo ideal es descargarte tu histórico de consumos desde la web de tu distribuidora y subirlo al comparador oficial de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Allí verás cuál habría sido el coste en tu caso con cada oferta. Si ya conoces la energía que gastará tu EV, basta con sumarla a tus consumos en la franja valle, y hacer la simulación. Así sabrás qué comercializadora te sale más interesante.
Algunas personas han usado tarifas que eran muy ventajosas en un tramo reducido de horas nocturnas, y muy caras el resto. Funcionaban bien cuando el coche se cargaba exclusivamente en ese horario, y el volumen de kWh consumido por la noche era muy alto. Otros prefieren la tarifa regulada (PVPC), aunque se caracteriza por un precio que varía cada hora según el mercado diario. Hay que valorar el perfil de cada hogar.
De manera general, la mejor forma de ahorrar es:
- Trasladar consumos (lavadora, lavavajillas, recarga del coche, etc.) a las horas baratas.
- No usar grandes aparatos simultáneamente para reducir la potencia punta necesaria.
- Escoger la oferta que mejor se ajuste a tu forma de consumir, revisándola una vez al año.
Comentario final
Elegir la mejor forma de recargar el coche eléctrico en casa depende de factores personales: qué trayectos realizas, si dispones de garaje propio o comunitario, si existe preinstalación, cuánto tiempo tienes por la noche para enchufar, y qué ofertas eléctricas se adaptan a tu consumo. Algunas personas se inclinan por un punto de recarga sencillo a baja potencia y tienen suficiente para recargar con calma. Otras requieren un contador nuevo y tarifas con horarios específicos para abaratar al máximo los costes.
Sea cual sea la decisión, es recomendable buscar un profesional autorizado para la instalación del cableado y las protecciones, así como para solventar las dudas de la centralización de contadores y de la documentación. Una vez todo está instalado y funcionando, la experiencia de llegar a casa, aparcar y enchufar resulta muy cómoda, y la satisfacción de encontrar el coche al día siguiente con la batería lista suele ser de lo más gratificante.
Disponer de un EV con recarga doméstica otorga mucha libertad para el día a día, y te acostumbras a que la recarga suceda mientras duermes o realizas otras actividades. Aparte de los cálculos, no hay que olvidar ese confort de tener tu “depósito lleno” cada mañana. Si la comunidad de vecinos autoriza la instalación y la acometida del edificio lo permite, muchos conductores descubren que el salto al mundo eléctrico compensa a medio y largo plazo, tanto en ahorro como en calidad de uso.