La conducción autónoma lleva años prometiendo revolucionar el automóvil, pero pocas veces ha estado tan cerca de dar un salto cualitativo como ahora. En su última aparición en el podcast All-In, Elon Musk lanzó una afirmación que no ha dejado indiferente a nadie: “Tu coche va a parecer consciente antes de que acabe el año”. El CEO de Tesla se refería al inminente lanzamiento del sistema FSD v14 y al desarrollo del chip de nueva generación AI5, piezas clave de su estrategia para alcanzar la autonomía total en carretera.
FSD v14: un paso decisivo (aunque retrasado)
A principios de agosto, Musk aseguró que la versión 14 del software Full Self-Driving (FSD) llegaría en unas seis semanas. Sin embargo, durante su intervención en All-In reconoció un nuevo retraso: FSD v14 se espera ahora para finales de 2025, posiblemente coincidiendo con las vacaciones navideñas.
Pese al cambio de fecha, el desarrollo avanza: la versión ya está siendo probada por empleados de Tesla, lo que indica que está en fase de ajustes internos. Musk promete que esta actualización será la más importante desde la versión 12, con mejoras profundas en el sistema de IA que gobierna el vehículo.
Según explicó, el modelo neuronal detrás del FSD ha multiplicado su número de parámetros, y los ingenieros han corregido errores en las fases de compresión de datos, que antes podían provocar pérdidas de información. Todo esto se traducirá, en teoría, en una conducción más fluida, natural y segura. Como es habitual en Tesla, estas mejoras llegarán mediante actualizaciones remotas, sin necesidad de pasar por el taller.
AI5: el músculo que necesita el coche autónomo
El software es clave, pero sin un hardware a la altura no hay revolución posible. Actualmente, los Tesla más recientes incorporan el chip AI4, también conocido como Hardware 4, que ya permite un nivel de seguridad entre dos y tres veces superior al de un conductor humano, según Musk. En algunos casos, asegura que incluso podría ser diez veces más seguro.
Pero el verdadero salto llegará con AI5, un chip diseñado desde cero para exprimir al máximo las capacidades de la inteligencia artificial aplicada a la conducción. Musk lo describe como un avance “monstruoso”, con mejoras como:
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8 veces más potencia de cálculo
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9 veces más memoria
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5 veces más ancho de banda
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Ejecución nativa de operaciones complejas como SoftMax, que en AI4 deben emularse
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Gestión dinámica de modelos de precisión mixta
Todo esto es posible gracias a un diseño conjunto entre los equipos de software e ingeniería de chips de Tesla, que trabajan mano a mano para eliminar cuellos de botella y optimizar cada milímetro del silicio.
¿Y el chip AI6?
Aunque aún no ha llegado, Tesla ya trabaja en la siguiente generación: el chip AI6, pensado no solo para vehículos, sino también para el robot humanoide Optimus y los centros de datos que gestionarán redes neuronales cada vez más complejas.
Con este horizonte en mente, Tesla ha cerrado acuerdos multimillonarios para su fabricación a gran escala, dejando claro que el coche autónomo es solo una pieza más del rompecabezas que Elon Musk quiere montar en torno a la inteligencia artificial.
¿Qué cambia para el usuario?
La buena noticia es que FSD v14 será compatible con los coches Tesla que ya están en la carretera, siempre que cuenten con el chip AI4. Aunque el rendimiento óptimo llegará con AI5, los usuarios actuales también verán mejoras significativas en la conducción asistida.
Esto podría abrir la puerta a nuevas funciones, como la conducción sin intervención humana en ciudad, la navegación autónoma en entornos complejos o la reducción de los avisos al conductor para que mantenga la atención. Todo dependerá, eso sí, del entorno legal de cada país.
En Europa, por ejemplo, las restricciones regulatorias son mucho más exigentes que en Estados Unidos, lo que podría retrasar algunas funcionalidades más avanzadas. Aun así, Tesla ya trabaja con autoridades para acelerar los procesos de homologación.
Retos por delante
Pese al entusiasmo de Musk, no todo está resuelto. Quedan varios retos antes de que la conducción autónoma total sea una realidad cotidiana:
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La validación en condiciones reales, con todo tipo de imprevistos y entornos variables, sigue siendo uno de los mayores obstáculos.
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La regulación en mercados clave como Europa y Asia puede frenar la adopción masiva si no se ajustan los marcos legales.
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La experiencia de usuario debe ser impecable: sin errores, sin reacciones bruscas, sin sobresaltos.
Tesla tiene el músculo tecnológico, pero el éxito dependerá también de la confianza que sea capaz de generar en conductores, autoridades y aseguradoras.