Tesla ha actualizado las baterías de sus modelos 3 e Y incorporando una nueva batería suministrada por LG Energy Solution, identificada como 5M.
Uno de los aspectos más llamativos de esta batería es su capacidad útil de 84,7 kWh, lo que supondría unos 5 kWh adicionales respecto a versiones anteriores con batería LG. A pesar de este aumento de capacidad, el paquete mantiene un peso de unos 448 kg, es decir, unos 8 kg menos que su predecesor, gracias a una mejor densidad energética. Dicho de otro modo: más autonomía con menos peso, una combinación ideal para cualquier fabricante de coches eléctricos.
Energía útil vs capacidad total: ¿cuánto aporta realmente?
Cuando se habla de capacidad útil, nos referimos a la energía que efectivamente se puede usar para propulsar el vehículo. Las baterías, por seguridad y durabilidad, no usan nunca el 100 % de su capacidad bruta. Normalmente, hay un margen de reserva que evita sobrecargas o descargas profundas, lo cual alarga la vida útil del conjunto.
Si esta batería LG 5M entrega realmente 84,7 kWh útiles, es probable que su capacidad bruta se acerque a los 90 kWh, lo que la colocaría como una de las más capaces instaladas en los modelos de Tesla con arquitectura de 400 voltios. Para ponerlo en contexto, versiones anteriores del Model 3 Long Range con baterías LG ofrecían unos 77–79 kWh útiles, y un total bruto en torno a los 82–83 kWh.
Esto implicaría no solo mayor autonomía, sino también mejor rendimiento térmico, más eficiencia en condiciones reales y una gestión más madura del sistema eléctrico del vehículo.
¿Qué novedades aporta esta batería?
La batería LG 5M introduce varias mejoras técnicas relevantes:
Más capacidad útil sin aumentar el volumen del paquete: se logra gracias a nuevas celdas de tipo M53 con química NMC (níquel, manganeso y cobalto), que ofrecen más energía por celda sin cambiar el formato del módulo.
Reducción de peso: al emplear una densidad energética más alta, el conjunto completo pesa menos. Esto tiene un impacto directo en la eficiencia del vehículo y en su aceleración.
Mantenimiento de los sistemas actuales: Tesla no ha tenido que rediseñar los componentes estructurales del vehículo ni cambiar el sistema de refrigeración o voltaje, lo que sugiere que la batería ha sido diseñada para encajar en la arquitectura existente.
Voltaje nominal de 400 V, compatible con los actuales inversores y motores del Model 3 y Model Y, lo que evita la necesidad de transiciones a tecnologías más costosas como las baterías de 800 V.
¿Y los riesgos?
Aunque las mejoras son evidentes, todavía hay interrogantes. No se sabe si este aumento de densidad energética supondrá mayor degradación con el paso del tiempo, especialmente en climas cálidos o con cargas frecuentes en supercargadores.
Lo que nos dice esta novedad sobre la estrategia de Tesla
Tesla está adoptando una estrategia de evolución continua más que de revolución. Mientras se habla mucho de las baterías 4680 para sus futuros modelos y del salto a arquitecturas de 800 voltios, la marca sigue refinando su gama actual con mejoras discretas pero eficaces.
El objetivo está claro: dar más al usuario sin tocar el precio o el diseño exterior, y hacerlo de forma silenciosa, sin campañas de marketing ni grandes anuncios. Un movimiento muy Tesla.