Nuestra experiencia operativa con los paquetes de baterías LG NCM811 indica una tasa de fallos preocupantemente alta y una vida útil final (EOL) notablemente más corta en comparación con los paquetes NCA (níquel, cobalto, aluminio) de Panasonic fabricados en EE. UU.
El desafío principal radica en el patrón de degradación. En más del 90% de los casos de fallos que examinamos, la reparación a nivel de celda es inviable. Esto se debe a que la degradación no se limita a una única celda defectuosa, sino que se manifiesta como una falla multicelular masiva dentro de los módulos. El parámetro clave aquí es la resistencia interna de corriente alterna (ACIR) de las celdas, que se incrementa exponencialmente a medida que la celda se degrada.
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Rendimiento en celdas nuevas: Una celda Panasonic NCA nueva registra típicamente una ACIR de alrededor de 10 m$\Omega$. En contraste, una celda LG NCM811 (Nanjing) nueva comienza su vida útil alrededor de 28 m$\Omega$.
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Rendimiento en celdas fallidas: El punto de falla para una celda Panasonic se sitúa cerca de 28 m$\Omega$; es decir, la misma resistencia que una celda LG presenta al salir de fábrica. En los paquetes LG fallidos, es habitual encontrar módulos donde 15 de las 46 celdas superan los 100 m$\Omega$ de ACIR, con las celdas restantes por encima de 50 m$\Omega$.
Este patrón de alta resistencia interna en múltiples celdas dentro del mismo módulo genera un efecto de desequilibrio de capacidad y resistencia en cascada. La salud general de la batería se ve comprometida a tal punto que la sustitución de solo las celdas más dañadas se convierte en un riesgo inaceptable, ya que las celdas adyacentes, ya debilitadas, fallarán en poco tiempo, haciendo que la reparación sea operacionalmente insostenible debido a los altos costes de garantía y mano de obra.
La viabilidad económica de la reparación frente al reemplazo
Para un inversionista o un gestor de flotas, la reparabilidad y la vida útil estimada son métricas financieras fundamentales.
Las pérdidas operacionales incurridas en el intento de establecer un protocolo de reparación sostenible para estos sistemas LG NCM811 son sustanciales. El coste de mano de obra y el tiempo de inactividad que se invierten en la investigación y el diagnóstico han demostrado que el riesgo de fracaso es demasiado alto.
La única alternativa viable y responsable que queda es el reemplazo completo del paquete con una unidad del mercado secundario, preferiblemente una que utilice la química Panasonic NCA, cuyo historial de rendimiento y longevidad es significativamente superior. Esta situación subraya que la supuesta superioridad de las celdas fabricadas en China no se valida en el mercado de alto rendimiento, donde la calidad, la durabilidad y la facilidad de reparación (o su ausencia) tienen un impacto directo en el coste total de propiedad (TCO) del vehículo.
El verdadero nicho de las baterías chinas
El liderazgo de China en la tecnología de baterías no reside, según los datos de campo, en las químicas de alta densidad energética como NCM. Su principal fortaleza se centra en la tecnología de ferrofosfato de litio (LFP). Aunque las baterías LFP son más estables y económicas, los paquetes de formato «Blade» que se están popularizando también presentan importantes retos de reparabilidad, habiendo sido calificados por institutos independientes como sistemas esencialmente no reparables.
La realidad operativa indica que las mejores celdas de iones de litio de alto rendimiento son producidas actualmente en Europa (por fabricantes como LG Chem y Samsung SDI) y EE. UU. (por Panasonic), mientras que la percepción de que los sistemas de batería «made in China» son los «mejores» es, en muchos casos, un ejercicio de exageración mediática no corroborado por la ingeniería de campo.
