El nuevo Mercedes CLA 350 4Matic 2026 llega con un mensaje claro: puedes parar a cargar, estirar las piernas… y volver a la carretera antes de que el café se enfríe. Durante un día completo al volante, con autopista, carreteras secundarias y ciudad, dejó un puñado de cifras que hablan por sí solas y una conducción que recuerda a coches de segmentos superiores. Aquí van los detalles, paso a paso.
La prueba de carga ultrarrápida: lo que hace en minutos, no en promesas
Llegamos al cargador con un 6–7% y 37 km restantes. El punto admite hasta 350 kW y la batería estaba a 31 ºC. Tras iniciar la sesión, la potencia subió con rapidez y, como es habitual, empezó a reducirse pasado el pico inicial. Lo relevante son los tiempos:
Del 21% al 50%: 6 minutos
Del 21% al 60%: 9 minutos
Del 21% al 70%: 13 minutos
Del 21% al 80%: 17–19 minutos (según la estimación de la propia pantalla)
En 24 minutos quedó al 86%, con 427 km añadidos durante ese rato. Se decidió seguir hasta el 100% para medir autonomía mostrada: 533 km (con modo de conducción eficiente marcaba hasta 724 km teóricos). Al terminar, la batería marcaba 39 ºC.
La conclusión práctica es clara: lo sensato es parar hasta el 80–90% (la propia estimación añadía casi 60 minutos extra para pasar del 90% al 100%). Para viajes largos, un salto del 10–20% al 80% en torno a 18 minutos coloca a este CLA en la parte alta del mercado.
Consumos reales: qué marca en carretera y en un día mixto
Autopista a 130 km/h (80 mph): 1,5 horas intentando mantener esa velocidad el mayor tiempo posible. Promedio de 119 km/h, consumo 19,1 kWh/100 km.
Jornada completa mixta (329 km): 17,9 kWh/100 km.
Frente al 250+, el 350 4Matic gasta más (aprox. +3 kWh/100 km a 130 km/h). Tiene lógica: dos motores y tracción total frente al motor trasero único del 250+. A cambio, hay más empuje y motricidad en lluvia o nieve.
Aceleración y prestaciones: cifras que sorprenden
La medición con GPS arrojó:
0–100 km/h: 4,28 s
0–60 mph: 4,04 s
Para un CLA que no es un AMG “puro”, estas cifras sitúan al 350 4Matic en territorio de compactos deportivos. La entrega es inmediata y, sobre todo, repetible gracias a la gestión térmica y la tracción.
Comportamiento: aplomo de coche grande, agilidad de compacto
En carreteras con curvas, el coche transmite seguridad. Enlace rápido, apoyos limpios y una dirección con un poco más de peso que en el 250+ (probablemente por el eje delantero motriz). La sensación es de coche “plantado”, con una puesta a punto que aguanta ritmos alegres sin desfallecer. El equilibrio entre comodidad y firmeza está muy bien conseguido para uso diario. En pistas de grava a 30 km/h se mueve con soltura, sin ruidos parásitos.
Los frenos acompañan: buen mordiente inicial, dosificables y sin fatiga aparente en los tramos probados.
350 4Matic vs 250+: cuál encaja contigo
250+ (propulsión trasera): gasta menos, dirección algo más ligera y permite “jugar” con el eje trasero si desconectas asistencias en circuito o entornos controlados.
350 4Matic (este probado): acelera más, tiene mejor tracción cuando el suelo se complica y resulta más sereno al salir fuerte de curvas lentas o rotondas mojadas. A cambio, consume más.
Si vives en zonas con nieve o buscas un extra de punch, el 350 convence. Si haces mucha autopista templada y priorizas ahorrar cada kWh, el 250+ te sonreirá en el contador.
Asistentes y ayudas: tecnología que se nota
Hay dos pilares aquí:
Park Assist con salida automática de aparcamiento: el coche maniobró solo al salir del hueco, con movimientos precisos y sin titubeos innecesarios. No es magia, pero sí comodidad.
Conducción asistida: el panel de asistentes es de lo mejor que se puede ver hoy. Detecta carriles, coches (incluidos camiones), edificios y distancia con una fidelidad elevada. Mantiene carril y distancia con una suavidad muy lograda; exige que toques el volante cada cierto tiempo y, si te “pierdes”, avisa y llega a iniciar frenada de emergencia. La realidad aumentada en el display central ayuda en cruces y semáforos que quedan tapados por el marco del parabrisas.
Diseño exterior: coupé con traje de sedán
La unidad iba en Alpine Grey con Night Package: marcos en negro brillo, retrovisores a juego y llantas AMG de 19” (225/40 delante, 255/35 detrás) con Bridgestone Turanza. El frontal luce barra de luz completa y tecnología Digital Light; detrás, el emblema de la estrella iluminado aporta un toque futurista. Manetas enrasadas, techo panorámico y una trasera musculosa completan el conjunto. Lleva bola de remolque oculta, práctica para un portabicis o un pequeño remolque.
Interior: materiales, pantallas y esa atmósfera “Mercedes”
Dentro manda el negro con microfibra y pespuntes rojos. Los asientos integran reposacabezas y recogen bien el cuerpo sin castigar en viajes largos. Quien valore el tacto, agradecerá la microfibra frente a la piel sintética. Hay gran pantalla central, posibilidad de pantalla para el acompañante (esta unidad no la llevaba) y una iluminación ambiental que se integra con las toberas tipo turbina. La rueda AMG aporta buen agarre y mandos intuitivos.
La calidad percibida está por encima de lo que históricamente asociamos al “acceso” de Mercedes. Ajustes firmes, ausencia de crujidos y esa sensación de ir en algo bien pensado.
Vida a bordo y ergonomía
Huecos generosos en puertas y consola.
Porte del coupé con espacios traseros correctos para dos adultos de talla media.
Maletero aprovechable y con doble fondo para kit de reparación y compresor. Cierre eléctrico.
Lo que cambia según el acabado
AMG Line (como el de esta prueba): estética más deportiva, asientos con mayor sujeción, gráficos del cuadro con diales rojos.
Progressive: ambiente más claro y relajado, cuadro con tonalidades azules y un punto extra de confort sensorial.
El detalle que no se ve: cámaras y sensores
Los retrovisores esconden dos cámaras por lado. No están solo para el aparcamiento; refuerzan la “visión” del coche para la representación 3D del entorno y las maniobras guiadas. En conjunto, el sistema “ve” más y lo muestra de forma útil.
La variante de acceso: por qué puede interesarte
Existe un CLA “200” eléctrico con batería más pequeña y motor trasero, unos 5.000 € menos que el 250+ y 10.000 €menos que el 350 4Matic, según la configuración vista. Para uso urbano–metropolitano diario, puede ser más que suficiente si no necesitas la máxima autonomía ni la tracción total.
Lo mejor y lo que mejoraríamos
A favor
Carga del 20–80% en torno a 18 minutos: perfecto para viajes.
Aceleración 4,28 s 0–100 km/h y salida limpia gracias a la tracción total.
Asistentes pulidos, pantalla de asistentes clara y útil.
Calidad de rodadura y silencio a bordo.
Consumo razonable para su potencia en el día mixto (17,9 kWh/100 km).
A vigilar
En autopista rápida, el gasto es más alto que en el 250+.
Del 90% al 100% la recarga se alarga; conviene planificar paradas al 80–90%.
El tacto de dirección es un poco más pesado que en el 250+, algo que algunos conductores agradecerán y otros no.
Para quién es este coche
Para quien busca un eléctrico elegante, rápido de verdad, con paradas cortas en ruta y tracción total para climas fríos o escapadas a la montaña. Si haces muchos kilómetros por autopista templada y te importa cada vatio-hora, el 250+ te ahorrará energía. Si valoras la salida fulgurante y la tranquilidad de las cuatro ruedas motrices, el 350 4Matic te dará lo que esperas, con la ventaja de un ecosistema de asistentes que ya no parece un extra, sino parte natural de la experiencia.