El Tesla Model Y ha vuelto a hacer historia. A pesar de la creciente competencia en el sector de los SUV eléctricos, el modelo californiano ha logrado una hazaña destacada: ser elegido como el mejor coche probado en 2025 por Edmunds, uno de los medios más influyentes del mundo del motor. Y lo ha conseguido con una fórmula que parece imbatible: utilidad, valor y rendimiento, todo en un solo vehículo.
La nueva versión del Model Y, fruto del esperado restyling conocido internamente como “Proyecto Juniper”, ha introducido mejoras clave que no solo lo mantienen competitivo, sino que lo elevan a otro nivel. Aunque su diseño exterior mantiene la silueta reconocible, ahora cuenta con faros más estilizados, una firma lumínica trasera rediseñada y detalles más sofisticados que lo alinean con el lenguaje estético del Model 3 Highland.
En el interior, el salto cualitativo también se hace notar. El habitáculo ha sido refinado con nuevos materiales, una consola central rediseñada, mejoras en la calidad percibida y un enfoque aún más minimalista. Todo sin renunciar a la gran pantalla central, a las actualizaciones OTA ni a las funciones avanzadas de conducción semiautónoma.
Pero más allá de lo visual o tecnológico, el verdadero punto fuerte del Model Y sigue siendo su versatilidad en el día a día. Tiene espacio de sobra para cinco pasajeros, un maletero amplio que se complementa con el “frunk” delantero, y una aceleración que rivaliza con coches deportivos. La versión Long Range, por ejemplo, supera holgadamente los 500 km de autonomía, mientras que la Performance sigue siendo una de las SUV más rápidas del mercado.
Conducirlo no solo es práctico, también es divertido. Esa dualidad, tan difícil de conseguir, es lo que ha convencido a los probadores de Edmunds: el Model Y no solo es eficiente, sino que logra entusiasmar al volante.
En un año donde han pasado por sus manos más de 200 coches, muchos de ellos eléctricos, híbridos o de combustión de última generación, que el nuevo Model Y haya sido el elegido habla no solo de su calidad como producto, sino de lo difícil que es, a día de hoy, igualar su equilibrio entre tecnología, usabilidad y experiencia de conducción.
