Mercedes-Benz ha dado en la tecla con el nuevo CLA 250 e+, una berlina familiar eléctrica que, además de ser refinada y cómoda, se está posicionando como una de las más eficientes del mercado. Lo demuestra una prueba real en carretera desde Madrid a las afueras de Bilbao, con una conducción natural, sin trucos de hiper-miling y en condiciones meteorológicas poco favorables.
400 km a ritmo legal… y 14,4 kWh/100 km
El viaje comenzó con la batería cargada al 100% y una autonomía teórica de 640 km. El trayecto, de algo menos de 400 km, se hizo íntegramente por autovía, manteniendo velocidades legales —120 km/h la mayor parte del tiempo—, con tráfico denso en la salida de Madrid y lluvia persistente hasta más allá de Burgos. Nada que favorezca el consumo, pero aun así, el coche sorprendió: 14,4 kWh/100 km de media.
En condiciones normales y secas, ese consumo podría haber bajado aún más. Para comparar: un Tesla Model 3 Long Range, considerado uno de los más eficientes, ronda los 15-16 kWh/100 km en condiciones similares. El CLA lo ha igualado —o incluso mejorado— con más confort, menos rumorosidad y una autonomía final estimada de más de 600 km reales.
Batería neta de 85 kWh y doble relación de transmisión
Uno de los secretos del buen rendimiento está en la batería: 85 kWh útiles que no solo proporcionan autonomía de sobra, sino que parecen gestionarse con una electrónica muy fina. Además, este CLA eléctrico estrena una caja de cambios de dos velocidades, algo poco común en coches eléctricos, pero que permite reducir el consumo a alta velocidad, una fórmula similar a la del Porsche Taycan o el Audi e-tron GT.
Este detalle técnico marca una diferencia clara en carretera: al circular a 120 km/h en modo “Confort” —sin forzar modo ECO ni limitar prestaciones—, el coche se siente ágil, pero muy suave, y mantiene velocidades de crucero con sorprendente eficiencia. La conducción en “one pedal” gracias a la regeneración máxima ayuda también a minimizar el uso de freno y a recuperar energía en cada deceleración.
Confort de marcha premium y silencio absoluto
Uno de los puntos más destacados durante el viaje fue el confort acústico. La insonorización está a otro nivel. No hay ruidos aerodinámicos ni de rodadura apreciables, ni siquiera a 120 km/h. La dirección se siente precisa, la suspensión filtra bien incluso sobre firme irregular y todo en el coche transmite esa sensación clásica de calidad Mercedes, ahora adaptada al mundo eléctrico.
El interior, por su parte, mantiene el lenguaje visual de la marca con doble pantalla panorámica, materiales de calidad y un ambiente acogedor. El único “pero” mencionado: la inclinación de la pantalla principal, que podría estar más orientada al conductor.
Una autonomía que se traduce en libertad
Con un viaje de 390 km a velocidad real, dos paradas cortas (una para tomar algo y otra para repostar al conductor), y aún 238 km de autonomía restante con un 35% de batería, este CLA supera con nota la ansiedad por la autonomía. No solo cumple, sino que lo hace en un entorno realista, con climatología adversa y sin necesidad de recargar ni un solo kWh.
Para muchos conductores que viajan habitualmente por carretera, este dato puede ser decisivo: ya no es necesario recurrir a cargadores rápidos cada 300 km. Este Mercedes ofrece una alternativa real para quienes buscan un eléctrico con uso rutero, sin comprometer confort ni tiempo.
El CLA eléctrico, más cerca de los eléctricos puros
Aunque Mercedes lo inscribe dentro de su gama compacta , el CLA 250 e+ se sitúa a medio camino entre el EQE y los EQB/EQA en términos de consumo y refinamiento. Y todo indica que lo hace mejor que varios de ellos.
Mercedes parece haber aprendido rápido de sus primeras incursiones eléctricas y este modelo lo demuestra. Si a eso se le suma una red de carga en expansión —Ionity, Repsol y Endesa X Way están reforzando su despliegue en corredores como el A-1—, el CLA 250 e+ se convierte en una opción más que interesante para quienes buscan algo diferente al omnipresente Model 3.



