En Tesla nada muere del todo: los proyectos se aparcan, cambian de nombre y, de repente, vuelven a rugir. Tras meses de señales contradictorias, todo apunta a que la marca de Elon Musk podría estar recuperando su plan más ambicioso: un coche eléctrico realmente asequible y una derivada robotaxi sobre la misma base técnica. Si se confirma, el tablero global del coche eléctrico volverá a moverse.
Una fuente cercana a la sede de Tesla asegura que la compañía planea reanudar el desarrollo de los proyectos NV91 y NV93, dos programas internos destinados a crear vehículos más pequeños y baratos que el Model Y. El movimiento encaja con la reciente estrategia de la marca: empujar los costes a la baja en pleno enfriamiento de la demanda y ante la ofensiva de fabricantes chinos en el tramo de precio más sensible. A falta de confirmación oficial, conviene recordar el contexto: en abril de 2024 trascendió que Tesla había cancelado el “coche de 25.000 dólares” para centrar recursos en un robotaxi, una información publicada por Reuters y que sacudió a los mercados.
La cronología no ha sido lineal. En primavera de 2024, medios especializados como Electrek apuntaron que Tesla paró los proyectos NV91 y NV92 —los supuestos coches compactos—, y dejó en pie el NV93 (robotaxi) sobre su nueva plataforma “unboxed”, mientras prometía “nuevos vehículos, incluidos modelos más asequibles” reutilizando elementos de plataformas actuales para ganar velocidad y recortar inversión. Es decir, pausa en el coche barato “puro” y transición hacia versiones abaratadas de coches ya existentes, mientras el robotaxi seguía en la pizarra.
En los últimos días, Tesla ha dado otra pista de por dónde va el tiro: ha lanzado variantes “Standard” del Model Y (y Model 3 en algunos mercados) con menos equipamiento y precio más bajo, especialmente en Europa, como forma de reavivar demanda a corto plazo. En Noruega, Alemania y Suecia ya figuran configuraciones recortadas que llegan entre noviembre y diciembre, con un posicionamiento claro: menos extras, más volumen. La señal para los inversores es evidente: Tesla vuelve a jugar la carta del precio, mientras la competencia aprieta.
Si ahora Tesla de verdad reactiva NV91 (vehículo compacto “con volante”) y mantiene NV93 (robotaxi), el encaje industrial más probable pasaría por dos vías: 1) industrialización rápida aprovechando líneas y componentes de Model 3/Y —baterías LFP, cableado simplificado, interiores modulares— y 2) transición progresiva hacia la plataforma “unboxed” allí donde aporte ahorros (subchasis y módulos más grandes, menos estaciones de soldadura y pintura). Esto permitiría acercarse al umbral psicológico de los 25.000–27.000 dólares en la variante con conductor, manteniendo al mismo tiempo la versión robotaxi sin mandos para flotas y servicios urbanos cuando el marco regulatorio lo permita. Electrek ya describió este giro híbrido tras la pausa de NV91/NV92, dejando a NV93 como único proyecto “next-gen” plenamente activo.
El gran obstáculo sigue siendo el coste por kilovatio hora y la capacidad de producir a gran escala sin penalizar márgenes. La aparición de Model Y/3 “Standard” sugiere que Tesla está probando elasticidades de precio y afinando su lista de materiales (LCC, proveedores, simplificación de interiores, menos electrónica no esencial) antes de comprometer una plataforma compacta global. No sería la primera vez: a comienzos de 2024 Reuters desveló el nombre en clave “Redwood” para un crossover compacto con ambición de volumen a partir de 2025, una hoja de ruta que encaja con un compacto por debajo de Model Y si se consigue el objetivo de coste.
Otro dato a tener en cuenta es que el robotaxi —el supuesto NV93— ha sido, según varias filtraciones y comunicaciones del propio Musk, el heredero preferente de la plataforma de nueva generación, incluso cuando el “coche barato” parecía aparcado. Si NV91 vuelve a la mesa, la sinergia de arquitectura (paquete de baterías, electrónica de potencia, actuadores, sensores y cableado) podría dar economías de escala decisivas. La clave regulatoria seguirá marcando tiempos: el despliegue de FSD como sistema plenamente autónomo aún afronta un escrutinio intenso en sus mercados principales.
En paralelo, el reposicionamiento comercial de Tesla en Europa, con nuevas versiones de acceso del Model Y y una política de precios más agresiva, anticipa el terreno para un compacto “de masas” que pelee contra BYD Seagull/Dolphin, Dacia Spring o las futuras propuestas de Renault y Stellantis en el entorno de los 25.000–30.000 euros. Si Tesla logra bajar coste de fabricación (estructura simplificada, pack LFP estandarizado, menos variantes) y mantener software y carga rápida como ventajas diferenciales, el retorno de NV91/“25K” podría recalibrar la batalla del precio sin renunciar a márgenes de doble dígito.
Por ahora, no hay anuncio oficial de Tesla confirmando la reactivación de NV91/NV93; las últimas señales públicas han sido la aparición de versiones “Standard” y el historial reciente de pausas y relanzamientos internos. Aun así, la lógica industrial y de producto respalda la hipótesis: Tesla necesita un escalón por debajo del Model Y para crecer en volumen y proteger cuota frente a la nueva hornada china y europea.